LA MÚSICA INSTRUMENTAL EN LA ADORACIÓN
La mayoría de las personas cuando asisten a un servicio religioso de las iglesias de Cristo por vez primera rápidamente se confunden y sorprenden al encontrar que no es usado ningún instrumento de música. Naturalmente son curiosos en cuanto a la razón o razones para la omisión de esta práctica; y a menos que alguna información confiable esté disponible, pueden concluir que simplemente desde el punto de vista personal las iglesias de Cristo no prefieren la música instrumental y que no pueden proporcionarla. Ninguna de estas conclusiones son ciertas.
Las iglesias de Cristo al rehusar el uso de música instrumental en la adoración no lo hacen para que sea peculiar ni a causa de los gastos envueltos. Para ella esto no es una cuestión de conveniencia sino un asunto de principio. Ella cree que ningún problema religioso es solucionado correctamente por medio del criterio de las preferencias personales, gustos individuales, y sabiduría humana, sino por la autoridad suprema de Jesucristo expresada en el Nuevo Testamento.
Cuando los visitantes se dan cuenta que nuestra razón para no tener instrumentos mecánicos de música en la adoración es doctrinal, frecuentemente reaccionan negativamente. Cuando es escuchado un sermón condenando el uso de instrumentos mecánicos de música en la adoración, nos condenan de "juzgar" a los demás y nos "juzgan" de ser extremadamente fanáticos e intolerantes
Reconociendo que algunas personas inmediatamente descartarán cualquier discusión del asunto como "más es el ruido que las nueces", me encontré enfrentado a mi mismo con la difícil tarea de convencer a una persona prejuiciada cuando trato de explicar lo que creo. Solamente le pido que me preste atención, y que cualquier decisión a la que llegue sobre el tema, esté basada en lo que Biblia enseña antes que en nociones preconcebidas.
La adoración aceptable debe ser por la divina autoridad de Cristo. En Juan 4:23-24, Jesús dijo: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".
La Adoración Verdadera y Falsa
Hay dos conclusiones inevitables de este pasaje de la Escritura. Primero, la declaración claramente implica que hay una adoración verdadera y una adoración falsa. Cristo dijo, "... cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre ...", indicando que hay ambas, adoración verdadera y falsa.
Acorde a Mat. 15:8-9, Jesús enfatizó que la adoración que es acorde a doctrinas y mandamientos de hombres, es "adoración vana". La adoración vana ciertamente es lo opuesto de la adoración verdadera.
Segundo, acorde al pasaje, la adoración, para que sea verdadera y aceptable, debe ser en espíritu y acorde a la verdad. Además, Pablo declaró en Col. 3:17, "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús ..." De esta declaración inspirada es evidente que nuestra adoración debe ser en el nombre de, o por la autoridad del Señor Jesucristo.
La Adoración Divina Es Revelada Por Dios
Dios nunca ha dejado al hombre para que ande a tientas en la obscuridad para que encuentre la clase de adoración que le agrada. En lugar de eso, Dios le ha dado al hombre una revelación divina para mostrar a los hombres lo que le agrada. Esto nos es mostrado muy en el principio en las Escrituras.
Dios reveló la clase de adoración que los hombres debían ofrecer cuando dejaron el Huerto del Edén. Las Escrituras relatan, "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín ..." (Heb. 11:4). Uno puede andar por fe solamente cuando se mueve en obediencia a la divina revelación de Dios (Rom. 10:17). Por tanto, Abel ofreció a Dios la clase de sacrificio que Dios mandó. En contraste, Caín ofreció un sacrificio a Dios del cual no se agradó, y lo rechazó (Gén. 4:4-5). Esta narración Bíblica demuestra que no toda adoración agrada a Dios; la única adoración que le agrada es la que es ofrecida de acuerdo con la divina revelación de Dios.
Otro incidente que demuestra que la adoración debe ser ofrecida acorde a la revelación que Dios nos ha dado se encuentra en 1 Reyes 12-13. Dios había revelado a Moisés en el Mte. Sinaí la clase de adoración que Su pueblo le debía ofrecer (véase Ex. - Deut.). Cerca de 500 años después, el reino de Israel se dividió en dos naciones -- Israel y Judá. El rey Jeroboam de Israel estaba temeroso de que la adoración en Jerusalén trajera de regreso a los hombres a Judá. Consecuentemente, estableció una forma de adoración alternada en Betel y Dan. Cambió el lugar de adoración de Jerusalén a Betel y Dan; usó ídolos en su adoración; usó hombres de cada tribu para sacerdotes antes que usar solamente a los Levitas; cambió la fecha del día festivo (Comp. 1 Rey. 12:25-33). Las Escrituras dicen, "Y esto fue causa de pecado ..." (1 Rey. 12:30). Dios había revelado la clase de adoración que debería ser ofrecida a Dios; cuando se apartaron de esta, fueron culpables de pecado y su adoración fue inaceptable.
El Nuevo Testamento refuerza estos mismas verdades. Jesús enseñó que la adoración tenía que ser ofrecida acorde al modelo o patrón que Dios reveló para que fuera aceptable a Dios. Cuando los Fariseos hicieron del "lavamiento de las manos" una ceremonia religiosa, Jesús condenó su práctica diciendo, "Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (Mat. 15:8-9). No hay nada moralmente incorrecto en lavarse las manos antes de comer. No obstante, convertirlo en un acto de adoración a Dios fue rendir una adoración inservible. Cualquier cosa introducida en la adoración sobre la autoridad del hombre anulará la adoración de uno.
Pablo describió una clase de adoración como "culto voluntario" (Col. 2:23). El culto voluntario es adoración inventada por el hombre, acorde a la percepción del hombre de lo que es bueno. Los hombres se sujetaron a sí mismos a preceptos tales como "No manejes, ni gustes, ni aun toques" -- mandamientos de hombres, no de Dios (Col. 2:22). Esta adoración es inútil. Esto honra y glorifica a los hombres que la inventaron e idearon. Antes que glorificar a Dios, esto lo deshonra.
Las advertencias de las Escrituras enfatizan la necesidad de que el hombre se contente con obedecer lo que la palabra de Dios ha mandado y revelado. El castigo del Infierno vendrá sobre aquellos que den un paso más allá de los límites de la palabra de Dios en su adoración. Nótese las siguientes advertencias:
"Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo" - (2 Juan 9).
"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" - (Ap. 22:18-19).
Otros pasajes tales como Gálatas 1:8-9; 1 Timoteo 1:3; 4:1-3 y otros podrían ser citados. Todos ellos advierten de los peligros de fallar en hacer lo que Dios ha mandado y hacer cosas que El no ha mandado. Todos ellos urgen a los Cristianos a andar dentro de la revelación de la palabra de Dios dada a nosotros a través de los apóstoles y profetas inspirados.
Es una cosa muy seria ir más allá de la palabra de Dios y no permanecer en la enseñanza de Cristo. Pablo declaró: "Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito ..." (1 Cor. 4:6).
Muchos ejemplos de la imperativa necesidad de la obediencia están revelados en el Nuevo Testamento. Pablo declaró que están escritos para "nuestro ejemplo", y "enseñanza" (1 Cor. 10:6,11).
Nótese estos:
1. Números 22:18 - "...no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande".
2. Números 23:26 - "... todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer".
3. Números 22:35 - "... la palabra que yo te diga, esa hablarás ..."
El apóstol Pedro en el Nuevo Testamento, concluyó: "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén" (1 Ped. 4:11).
La Clase de Música Que Dios Acepta
Habiendo aprendido la importancia de limitar nuestra adoración a lo que la Biblia ha revelado, necesitamos aprender la clase de adoración que le agrada a Dios. Desde el principio, reconocimos que la clase de adoración que Dios le agrada debe estar revelada en el Nuevo Testamento. Todos los Cristianos entienden que un regreso al sacrificio de animales del Antiguo Testamento sería un rechazo de la expiación de la sangre de Cristo. Por tanto, la clase de adoración que los Cristianos deben ofrecer debe ser aprendida del Nuevo Testamento.
Nuestro estudio de la clase de adoración que a Dios le agrada está limitado a la clase de música que a Dios le agrada.
LA LEY DE LA FE
"Porque por fe andamos, no por vista" - 2 Cor. 5:7
El Cristianismo es pre-eminentemente una religión de fe. La relación del hombre con Dios en la religión de Cristo envuelve básicamente el asunto de la fe. "Porque por fe andamos, no por vista" (2 Cor. 5:7). "Pero sin fe es imposible agradar a Dios ..." (Heb. 11:6). Pero no solamente el Cristianismo, como sistema, es puramente un sistema de fe (Gál. 3:23), sino que para su aceptabilidad, todo servicio que rindamos a Dios, debe ser de fe. Ninguna proposición está establecida más claramente en la Palabra de Dios que esta. No sólo está claramente declarado que "andamos por fe", sino que en Heb. 11:6 está declarado explícitamente que "sin fe es imposible agradar a Dios". Por tanto, cualquier acto de adoración religiosa, sea grande o pequeño, debe ser de fe para agradar a Dios.
I. LA FE DEFINIDA EN DISTINCIÓN DE LA OPINIÓN.
Dos preguntas correctamente contestadas presentarán esta distinción en su luz verdadera.
1. ¿Qué es andar por fe? En Rom. 10:17, Pablo declaro: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". Esto aclara en cuanto a cómo viene la fe; ella viene por oír la Palabra de Dios. Por tanto, donde no hay Palabra de Dios no puede haber fe; y si no hay fe, entonces no se anda por fe. Esta no es la opinión de algún hombre o grupo de hombres; es la incuestionable enseñanza de la Palabra de Dios. Por consiguiente, si oyendo la Palabra de Dios es la forma como viene la fe, entonces donde está la Palabra de Dios, puede haber fe, pero no más allá de eso. Por consiguiente, si la Palabra de Dios no dice nada con respecto a un dado curso de acción, no puede haber fe en continuar ese curso de acción, porque LA FE VIENE POR OÍR LA PALABRA DE DIOS. Y en consecuencia, puesto que debemos "andar por fe", y "sin fe es imposible agradar a Dios", se sigue que en cualquier asunto en que no estemos dirigidos por la Palabra de Dios, ni estamos andando por fe, ni estamos agradando a Dios. Esto nos prepara para la segunda pregunta:
2. ¿Qué es andar por opinión? En Jn. 3:1-2, tenemos las palabras: "Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal de entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él". Pero usted está listo a preguntar, ¿qué tiene que ver este pasaje con la pregunta ante nosotros? Veamos. Hay dos preguntas en conexión con esta famosa conversación a las que deseo llamar la atención: (1) ¿Nicodemo vino a Jesús de noche? La respuesta unánime y universal de todos los creyentes en la Biblia es que así lo hizo. Pero, ¿cuál es la causa de esta perfecta unidad de sentimiento? Simplemente porque la Biblia dice que él vino de noche, y siempre hay unión donde todos siguen lo que la Biblia dice. (2) ¿Por qué vino de noche y no de día? Sería fácil encontrar una respuesta a esta pregunta entre los teólogos. Pero el problema con esta clase de sabios es que intentar seguir sus guías en tales asuntos es como intentar colocar dos caballos en direcciones opuestas al mismo tiempo. Una clase de ellos nos dice que Nicodemo actuó en este caso por causa del miedo de sus colegas en el Sanedrín Judío, escogiendo la cortina de la noche tras la cual conversar sin ser observado con el Gran Maestro. Otros nos dicen que no fue por temor, sino que para evitar las multitudes que se reunían alrededor de Jesús durante el día, el eminente gobernante de los Judíos prefirió la quietud de la noche de manera que pudiera conversar sin ser perturbado con el Reformador Galileo. Ahora, una o la otra de estas visiones puede ser la correcta; pero como la Biblia no dice una sola palabra acerca de esto, ningún mortal puede saber por qué vino de noche. Y esto es precisamente lo que es verdad de todos los teólogos. Solamente dicen lo que piensan acerca de esto; eso es, expresan su opinión. La palabra opinión quiere decir lo que uno piensa, y en los asuntos religiosos, quiere decir lo que pensamos con respecto a asuntos sobre los que la Biblia está en silencio. Por tanto, la distinción entre fe y opinión es perfectamente clara. La fe viene por oír la Palabra de Dios; opinión es lo que los hombres piensan donde la Palabra de Dios no habla. En consecuencia, cuando los hombres introducen como adoración a Dios, como servicio que debe ser rendido a El, cosas sobre las que Su Palabra está en silencio, hablan por opinión y no por fe. Y ahora, la esencialidad de andar por fe en todos los asuntos religiosos, y nunca por opinión, puede aún aparecer más claramente, examinemos --
II. EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL FORMULADO POR
JESÚS EN SU DEFINICIÓN DE ADORACIÓN VANA.
Este principio es encontrado en Mat. 15:9, "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". Aquí está una clara declaración de dos hechos innegables: (1) Estos Escribas y Fariseos estaban adorando a Dios. Soy sabedor de que lo que estaban haciendo fue condenado por Jesús, pero aún así era adoración, porque Jesús mismo lo declaró de esta manera. (2) Pero era adoración vana, porque estaban haciendo, como servicio religioso, cosas que Dios no había mandado. Aún el pequeño asunto de lavar las manos estaba entre las cosas severamente condenadas por Jesús; pero ¿es incorrecto lavarse las manos? No, si esto es hecho fuera del servicio religioso; pero si, enfáticamente si, sí esto es hecho en el servicio religioso donde no hay mandamiento de Dios para esto. Aquí está un hecho que debería ser impreso profunda e indeleblemente en cada corazón, que acorde a Jesús, un acto, tal como el lavamiento de las manos, el cual es completamente sin pecado fuera del servicio religioso, es, no obstante, pecaminoso cuando es obrado en el servicio religioso ante la ausencia de cualquier mandamiento de Dios. Por tanto, aunque envuelto en la adoración a Dios, los hombres pueden al mismo tiempo, estar bajo la condenación de Jesús, porque están haciendo lo que es ordenado por los hombres, y no por el Señor, lo cual Jesús dice que es adoración vana. Mucha de la adoración en el mundo religioso hoy día es adoración vana. Ahora estamos preparados para notar --
III. LA APLICACIÓN DE ESTOS PRINCIPIOS A LA
LUZ DEL MODO DE PROCEDER DE DIOS CON LOS HOMBRES
Primero que todo, las Escrituras inspiradas exponen claramente el hecho de que siempre que y dónde quiera que las personas intenten hacer como servicio a Dios, cualquier cosa que había prohibido o que no había mandado, esta fue rechazada. A través de Samuel el profeta el Señor pronunció un mandamiento al rey Saúl en las siguientes palabras: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos" (1 Sam. 15:3). El registro nos informa que Saúl derrotó a los Amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, pero que tomo vivo a Agag rey de Amalec, y perdonaron a lo mejor de las ovejas y del ganado (v.7-9). Eso es, siguieron su propia sabiduría en el asunto. Además, veremos por qué Saúl hizo esto, y que hoy día tiene muchos imitadores y sucesores. Cuando él y Samuel se reunieron, el rey desobediente se dirigió a Samuel de esta manera: "Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová" (v.13). Samuel contestó: "¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?" (v.14). Esperando rectificar su error por medio de ofrecer un sacrificio, lo cual no le había sido mandado, Saúl contestó: "... el pueblo perdonó a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios" (v.15b), y añade más adelante, "... he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió ..." (v.20a); "... mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, ... para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal" (v.21). El profeta de Dios respondió: "Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios" (v.22b), mostrando que la obediencia consiste en hacer lo que es mandado, y que todo servicio no mandado aunque sea el sacrificio del ganado sobre mil colinas, es adoración vana. La Palabra de Dios revela claramente el hecho de que ninguna clase de servicio que el hombre pueda rendir al Señor es aceptable, a no ser que el Señor mismo lo haya ordenado. El servicio gratuito nunca es aceptable a Dios. Viendo su gran error, Saúl ahora declara el secreto de su desviación de la voluntad de Dios en la siguiente confesión abierta: "Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos ..." (v.24). Ahí esta. Saúl cedió a la voluntad del pueblo en lugar de mantenerse leal a la voluntad de Dios. El mismo espíritu es hecho público hoy día. En lugar de llevar al pueblo a permanecer en la senda de la lealtad al Señor, los predicadores mismos llevan al pueblo a copiar los modelos de las denominaciones en derredor de ellos. Un propósito divino al colocar ancianos sobre una iglesia es para que la guarden contra la falsa enseñanza (Hch. 20:28-31; Tito 1:7-11), pero desafortunadamente en muchos casos, en lugar de mantener la lealtad a la Palabra de Dios, mostrando a los jóvenes y no preparados que es incorrecto seguir la sabiduría de los hombres, los ancianos mismos ceden a la imperiosa demanda de los jóvenes.
El cismático y subversivo esquema de Corán, Datán, y Abiram (Núm. 16), es otra ilustración del punto. La orden de Dios era que Aarón y sus hijos debían quemar el incienso, mientras que los Levitas, a quienes Corán y su compañía pertenecían, tenían otras obligaciones asignadas a ellos. Se cansaron de la orden de Dios, protestaron contra Moisés que él y Aarón estaban asumiendo demasiada autoridad, y que ellos tenían el mismo derecho para quemar el incienso como Aarón y sus hijos. Para conseguir que su esquema fuera más efectivo, reunieron a "doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre" (v.2). Aquí tenemos doscientos cincuenta de los varones más sobresalientes entre el pueblo tomando consejo contra el orden del Señor. Las convenciones y concilios han sido focos de herejías en todas las épocas. El caso actual no fue una excepción a la regla. Viendo que estaban determinados a llevar a cabo sus propósitos, Moisés les dijo que se alistaran con sus incensarios, y luego añadió: "En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová" (v.28-30). No había acabado Moisés de entregar este discurso de lealtad, cuando la tierra se abrió bajo ellos y tragó Coré y a toda su compañía (v.31). El Señor había hablado palabras de advertencia a Moisés y a Aarón y a través de ellos a la congregación, diciendo: "Apartaos de esta congregación ... Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos ... para que no perezcáis en todos sus pecados" (v.20,21,23,25-26); enseñando de esta manera la solemne lección que, cuando los hombres se apartan deliberadamente de la voluntad de Dios, debemos separarnos nosotros mismos de ellos. A través de Pablo, en Rom. 16:17, el Nuevo Testamento prescribe la misma obligación: "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos". Este es el mandamiento de un apóstol inspirado de Cristo.
De esta manera, vemos que hay sino dos caminos, en términos generales, atender la orden de Dios -- obedecerla o desobedecerla. La obediencia consiste en hacer lo que Dios dice, ni más ni menos. La desobediencia consiste en cualquier desviación de la orden de Dios, ya sea hacer lo que El prohibe, omitir todo o una parte de lo que manda, hacer como servicio religioso lo que El no manda, o hacer alguna modificación de Su voluntad.
Ahora observemos este principio a la luz de los hechos del Nuevo Testamento. Acorde a la enseñanza de Jesús, el mismo principio se aplica en el servicio a Dios hoy día. Aún es verdad que todas la veces que y donde quiera que los hombres hagan, como servicio religioso, lo que no se les ha mandado a hacer, esto es rechazado. Pero hay una clara distinción entre hacer una cosa como servicio religioso, y hacer la misma cosa fuera del servicio religioso. Como ya se observó en otro punto, un acto totalmente inofensivo en sí mismo cuando se hace fuera del servicio religioso, puede ser muy perjudicial cuando es hecho en el servicio religioso. A la luz de algunas especificaciones, la exactitud de este principio aparecerá claramente.
1. El lavamiento de las manos. En esto, no hay nada incorrecto en el simple acto mismo, como todos pueden ver, y no obstante, es uno de los mismos actos que Jesús condenó en los términos más fuertes (Mr. 7:3,7). Pero, ¿por qué lo condenó? Observe la pregunta desde todo punto de vista posible, y la única respuesta posible es que fue condenado porque estaban haciendo, como servicio religioso, algo que aunque correcto en sí mismo, no había sido mandado.
2. Comer carne. ¿Es incorrecto comer carne? Usted responde que No. Luego, suponga que la colocamos en la mesa del Señor con el pan y el jugo de uva? Usted estará presto a decir que esto no sería correcto. ¿Por qué no? Usted ni puede decir que es porque el acto es incorrecto en sí mismo, ni porque está prohibido; porque no solo sabemos que no es incorrecto comer carne, sino que Dios en ninguna parte ha dicho que no debemos comerla en Su mesa. Como en el caso anterior, lo mismo aquí, hay solamente una respuesta correcta, y esa es, el error consiste en el hecho de que el Señor no nos ha dicho que lo hagamos así.
3. El bautismo de bebés. ¿Es incorrecto bautizar bebés? Si es así, ¿por qué? Ciertamente no porque sea incorrecto aplicar agua a los bebés, ni sumergirlos en agua. Es verdad que Dios ha mandado el bautismo a los creyentes, pero, a pesar de este hecho, sería correcto practicar ambos, como ha sido hecho, si Dios lo hubiera mandado. Por tanto, la práctica es incorrecta, no porque el acto mismo sea pecaminoso aparte del servicio religioso, sino porque no hay autoridad divina para el acto en el servicio religioso.
4. La música instrumental. ¿Es incorrecto tocar instrumentos de música? Aquí nuevamente debemos contestar, no hay nada incorrecto en el acto mismo fuera del servicio religioso. La oposición a la música instrumental en la adoración es mal entendida por muchas buenas personas. A menudo dicen: "La música instrumental es tan atractiva y entretenedora en su efecto que no podemos ver por qué alguien debería oponerse a ella". Si esto fuera el criterio del juicio, la oposición cesaría de una vez por todas. Su uso en la adoración de Dios no es opuesto sobre la base de que no hay gusto por la música misma. ¿Por qué entonces se oponen a ella? Simplemente porque Dios no la ha señalado en Su adoración, sino que ha señalado la música de otra clase. Dios muy claramente ha dicho, comer pan en la mesa del Señor, como también ha dicho del uso de música vocal en la adoración.
La Autoridad del Nuevo Testamento Para Cantar
La pregunta es, ¿Cristo, los apóstoles, o el Espíritu Santo autorizó los instrumentos mecánicos de música en la adoración? Si así es, entonces los Cristianos deberían obrar de acuerdo con Su voluntad. Si no lo es, entonces no debemos desobeceder la voluntad del Padre por medio de envolvernos en la adoración autorizada por el hombre y no por Cristo..
¿Qué enseña el Nuevo Testamento? Efesios 5:17-19 - "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor". ¿Cuál es "la voluntad del Señor" con respecto a la música en la iglesia? La respuesta está revelada en el v.19 - "hablando entre vosotros, con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Aquí el apóstol declaró que la música debe ser vocal -- cantando, alabando al Señor en vuestro corazón. ¡El mandamiento es cantar! Ni una sola vez fue insinuado el uso de instrumentos mecánicos en la adoración. Uno puede leer cada pasaje en el Nuevo Testamento sobre el tema de la música en la iglesia. Aquí están los pasajes del Nuevo Testamento que discuten la música de los santos:
Mateo 26:30 - "Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos".
Hechos 16:25 - "Pero a media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían".
Romanos 15:9 - "... yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre".
1 Corintios 14:15- "... cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento".
1 Corintios 14:26 - "... cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo..."
Efesios 5:19 - "... hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones"
Colosenses 3:16- "... enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor ..."
Hebreos 2:12 - "... en medio de la congregación te alabaré".
Santiago 5:13 - "... ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas".
Ciertamente, cada uno puede observar la ausencia de instrumentos mecánicos en todos los pasajes del Nuevo Testamento, lo cual debe gobernar las acciones de los Cristianos en la adoración.
Estos son todos los pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a la música usada por los discípulos en su adoración a Dios.
Las cosas que nos impresionan acerca de su adoración en los cánticos es que (1) era congregacional y (2) era vocal. La iglesia primitiva no sabía nada acerca de grupos especiales de cantos para entretenerlos en la adoración. La iglesia primitiva no usó instrumentos mecánicos de música en la adoración.
Los miembros de la iglesia de Cristo reverente y humildemente han buscado la respuesta correcta a toda pregunta importante: ¿Jesucristo autorizó el uso de música instrumental en la adoración a Dios? Su objetiva investigación de la palabra divina ha producido la conclusión de que no hay mandamiento, precepto, ni ejemplo para la adoración a Dios por medio del uso de música instrumental durante la dispensación del Nuevo Testamento; por tanto, sinceramente creen que la práctica de música instrumental es una grave desviación del plan divino, manifestando falta de respeto por la autoridad de Cristo.
Con pocas excepciones, las iglesias de Cristo han permanecido solas en el mundo religioso en su constante rechazo de añadir a la adoración de Dios la práctica de música instrumental. A todos aquellos que desacuerdan con esta posición, una apelación sincera y honesta es presentada para que se haga una investigación imparcial y sincera del estudio a la mano. Son urgidos a comparar todas las afirmaciones hechas aquí dentro con las verdades Bíblicas aseguradas de su propio escrutinio personal de la palabra de Dios; entonces, y solamente entonces, serán capaces de sacar una conclusión definida y honesta en cuanto al valor de la posición tomada por las iglesias de Cristo contra la adoración de Dios con música instrumental.
Pero es afirmado que el Señor no ha prohibido la música instrumental. Tampoco ha prohibido comer carne en la cena del Señor, excepto por decirnos que comamos algo más; y en la misma forma ha prohibido la música instrumental por medio de decirnos que se use otra clase de música. Si la especificación de lo que debemos comer en la cena del Señor excluye todo lo demás, entonces la especificación de la clase de música que debemos usar en la adoración, excluye toda otra clase de música. Si no, ¿por qué no? Aquí, entonces, están cuatro casos distintos -- el lavamiento de las manos, el comer carne, el sumergir a los niños en agua, y el tocar instrumentos de música, todos los cuales son impecables en sí mismos, pero incorrectos cuando son hechos como actos religiosos, porque no hay autoridad divina para esto. La adoración de Dios no fue señalada como una ejecución artística para agradar y gratificar el gusto del hombre, sino para agradar y honrar a Dios por medio de la lealtad a Su Palabra. Nosotros estamos andando por fe.
Una Pregunta de la Autoridad
El apóstol Pablo colocó un principio general que nos debe guiar en todos los asuntos de fe y práctica: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús ..." (Col. 3:17). Esta declaración del apóstol inspirado es del todo decisiva. Puesto sencillamente, no podemos creer, enseñar o practicar cualquier cosa que no esté autorizada por Dios. Podemos ilustrar este principio por medio de pensar de la adoración de la iglesia como un círculo. Pablo dice que solamente podemos traer dentro del círculo aquellas cosas que Dios autoriza. De esta manera, colocamos la enseñanza, la ofrenda, la Cena del Señor, y la oración dentro de este círculo porque están autorizadas en el Nuevo Testamento (Hch. 2:42). También nos es requerido que traigamos la música vocal en la adoración así autorizada por Ef. 5:19.
El concepto sectario de la autoridad Bíblica va en contra de la enseñanza de Pablo. El concepto del hombre es que todo está autorizado a menos que esté específicamente condenado. Usando nuestra misma ilustración del círculo, los hombres intentan colocar todo dentro del círculo y arrojar fuera lo que Dios condena específicamente. Los sacrificios de animales, por ejemplo, son excluidos del círculo como lo son muchos antiguos actos paganos de "adoración" tal como el baile, la bebida, y la fornicación porque todos estos están específicamente condenados. Pero en vista de que el Nuevo Testamento no condena específicamente la música instrumental en la adoración, los hombres la dejan dentro del círculo de lo que está "autorizado". Y puesto que no hay condenación específica del incienso, del agua bendita, de las campanas, del rosario, algunas sectas dejan estas cosas también en el círculo. Claramente, este uso de la Palabra de Dios nos dará considerablemente más libertad de adorar a Dios en casi toda forma que consideremos prudente. Si el Nuevo Testamento específicamente no condena una práctica, y si consideramos que es buena, entonces estamos libres para hacerlo. Esto, sin embargo, es un claro maltrato y abuso de la Palabra de Dios. Usando este tipo de "razonamiento", estaríamos autorizados a azar carne a la parrilla, o las señoritas podrían ponerse a hacer colchas, como un acto de adoración porque no hay condenación específica de esto en el Nuevo Testamento. Y de esta manera, son abiertas las puertas del diluvio. Solo un poco de imaginación es suficiente para ver hasta dónde puede llevar esto, y ¿quién podría negarlo o condenarlo?
La discusión anterior demuestra el concepto equivocado general de la autoridad Bíblica. Este concepto equivocado se origina en una falta de comprensión y no en alguna inhabilidad para entender la Biblia. Por ejemplo, Cuando Dios le mandó a Noé a construir un arca para salvar a su familia, le dio instrucciones específicas en cuanto a las cosas que debían poner en el arca. Noé debía poner una ventana, una puerta, y hacer el arca de madera de gofer. No fue necesario para Dios condenar específicamente la adición de otras puertas o ventanas para que Noé entendiera lo que Dios había autorizado. Dios no necesitó mandarle a Noé que no usara otra clase de madera antes de que Noé pudiera entender que el mandamiento específico de usar madera de gofer excluía automáticamente cualquier otra clase de madera. Noé entendió el concepto de la autoridad como fue expuesto por Pablo miles de años después en Col. 3:17. Era solamente libre de hacer lo que Dios le había dicho que hiciera. Cualquier otra cosa o menos de ella habría sido sin la aprobación de Dios. Nuevamente, en Lev. 10:1-2, nos es dada una demostración de estas dos visiones de la autoridad. Dios destruyó a Nadab y Abiu, los hijos de Aarón y la causa de su destrucción es muy reveladora. Cada uno de estos hombres tomó un incensario, pusieron fuego en este e incienso y lo ofrecieron delante del Señor. Como sacerdotes, estaban autorizados a hacer esto. Dios lo había mandado. Pero hicieron algo que Dios no había autorizado -- el fuego que usaron era "fuego extraño", eso es, no era el fuego que Dios les había mandado a usar. La Escritura dice que ellos "ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová". La reacción del Señor es extraña realmente si el concepto general de autoridad es el correcto. Dios no condenó específicamente el uso de "fuego extraño", pero todo Israel entendió que tal condenación era innecesaria por que Su mandamiento con respecto al que podía ser usado excluyó todos los demás. Dios claramente había dicho en que lugar se encontraba el fuego que debía ser usado - "Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová ..." (Lev. 16:12); pero ellos lo tomaron de otro lugar. Nuestra autoridad entonces debe estar fundada en lo que Dios ha dicho. Cuando intentamos condonar (perdonar) una doctrina o práctica por medio de apelar a lo que Dios no mandó, nos colocamos a nosotros mismos en la posición de Nadab y Abiu, eso es, actuando sin autoridad. Antes de proceder un poco mas, notemos nuevamente lo que enseñan las Escrituras:
Col. 3:17 - Todo lo que enseñemos o practiquemos debe estar autorizado por Cristo.
Gál. 1:6-9 - Cualquier doctrina o práctica que no fue enseñada por los escritores inspirados del Nuevo Testamento, llevará a la condenación eterna.
2 Timoteo 3:16-17 - Puesto que las Escrituras nos preparan para toda buena obra, no hay obras que estén agradando a Dios excepto aquellas que estén autorizadas en ella.
Una vez que entendamos apreciemos y respetemos completamente la absoluta necesidad de autoridad Bíblica, no continuaremos escuchando el ahora clamor familiar, "Hacemos muchas cosas para las que no tenemos autoridad". Si ese es el caso, entonces necesitamos dejar de hacer aquellas cosas. En lugar de eso, deberíamos hacer solamente aquellas cosas para las que tenemos autoridad Bíblica.
La Autoridad Genérica y Específica
Es claro que la Palabra de Dios especificó el cantar como una forma aceptable de música en la adoración. Pero ¿es esa la única clase de música que es aceptable? ¿Tiene Dios que especificar la música instrumental antes de que pueda ser usada? Para contestar estas preguntas necesitamos entender la diferencia entre la autoridad específica y la autoridad general (genérica). Toda doctrina o práctica debe ser establecida al menos por una de estas dos clases de autoridad.
Si Dios específica cómo, cuándo, dónde, o por quién debe ser hecha una cosa en particular, nos está dando la autoridad específica. Por ejemplo, en Gén. 6:14, Dios le instruyó a Noé para que hiciera un arca de madera de gofer. Ahora, si Dios simplemente le hubiera dicho "Hazte un arca", Noé habría estado libre para usar su propia elección de materiales. Roble, pino, caoba -- podría haber sido usada cualquier clase de madera. Pero Dios no dio a Noé la elección de los materiales. Especificó que el arca debía ser hecha de madera de gofer. Noé entonces tenía la autoridad específica de parte de Dios para usar madera de gofer, y solamente madera de gofer. Ninguna otra clase de madera podía ser usada y aún estar agradando a Dios. Otro ejemplo de autoridad específica es encontrada en Núm. 19:2. En este pasaje Dios instruyó al pueblo con respecto al sacrificio particular que debía ser ofrecido. Dios especificó que este debía ser un sacrificio animal descartando de esta manera todas las otras clases de sacrificio que pudieran haber sido ofrecidos. También especificó que el animal debía ser una vaca, descartando de esta manera toda otra clase de animal que pudiera haber estado disponible. Nuevamente, especificó que debía ser una vaca alazana. Una vaca negra, café, blanca, o manchada no habría sido aceptable para Dios porque específicamente había mandado una vaca alazana.
Es claro de estos ejemplos que cuando Dios especifica una cosa, entonces solamente esa cosa puede ser hecha. Todo lo demás queda excluido. No era necesario para Dios especificar madera de gofer y luego proceder a enumerar todas las otras clases de madera que no aceptaría. Especificar una era excluir las otras. De igual manera, Dios no necesitó decir, "No uses un cordero, o un caballo, o un perro, o una ave, o un toro, una vaca negra, o una vaca café, o una vaca blanca en este sacrificio". Obviamente, todas estas cosas fueron excluidas automáticamente cuando especificó "vaca alazana".
Ahora apliquemos este principio básico a la cuestión de la música en la adoración. Hemos observado todos los pasajes en el Nuevo Testamento que tienen que ver con la clase de música que debemos usar en la adoración a Dios. En todos y cada uno de los casos, sin una sola excepción, solamente una clase de música es especificada -- cantar. Por supuesto, hay otras clases de música. Hay música hecha por medio de silbidos, por medio de susurros, y música hecha por medio de instrumentos. Pero ninguna de estas es la misma cosa que cantar, y el canto es la clase de música especificada por Dios. Hemos mostrado que cuando Dios especificó una cosa en particular (por ejemplo, cantar), entonces solamente esa cosa puede ser hecha y todas las demás están excluidas automáticamente. No es mas necesario para Dios decirnos, "no usen instrumentos de música, y no silben, y no susurren" que lo que fue para El decirle a Noé "no use roble, pino, cerezo, nogal, caoba, credo, ciprés, u olivo en el arca".
Hay una segunda clase de autoridad que podría ser usada algunas veces en la determinación de si una doctrina o práctica particular es Bíblica o no. Esta es la autoridad general (genérica). Mientras que la autoridad específica limita lo que puede ser hecho, la autoridad general puede dar un poco de mas libertad, aunque aún dentro de parámetros estrictos. La aplicación correcta de la autoridad general puede ser ilustrada mejor por medio de algunos ejemplos. En Génesis 6, cuando Dios mandó a Noé a hacer un arca, especificó que clase de madera debía usar. Noé tenía entonces la autoridad específica para usar solamente madera de gofer. No obstante, Dios no le dio alguna instrucción cualquiera que fuera en cuanto a de dónde debía venir la madera de gofer. Por el silencio de Dios, Noé tuvo la autoridad general para asegurar madera de gofer de cualquier localidad que considerara conveniente. Podía conseguir la madera del lugares tan lejanos como Egipto o tan cercanos como su propio patio trasero y aún estar agradando a Dios. El origen de la manera de gofer era un asunto de indiferencia para Dios. Una fuente era tan buena como la otra.
Es importante anotar que la autoridad general se deriva de lo que Dios ha hablado. No puede haber autoridad general a menos que Dios haya hablado. Por ejemplo, Noé tenía la autoridad general para asegurar la madera de gofer necesaria de cualquier localidad conveniente porque Dios había hablado y le había dicho que usara madera de gofer. Pero ¿qué si Noé hubiera substituido roble por madera de gofer porque el roble ya estaba disponible y para hacer un arca más bonita? ¿Dios habría aceptado esto? ¡No!, porque El había especificado que clase de madera usar y Noé solamente podía asegurarse de tal madera de gofer como la que era conveniente. El hecho de que el roble podría haber sido mas conveniente a los ojos de Noé no habría sido aceptable. Un mandamiento específico (por ej., usar madera de gofer) dio origen a la autoridad general en cuanto a la fuente de la madera. Noé no podía apelar a la autoridad general para usar otra clase de madera porque Dios había especificado cuál usar y de esta manera había limitado las decisiones de Noé.
Ahora, la pregunta ante nosotros es si podemos traer música instrumental a nuestra adoración sobre la base de la autoridad general o no. Algunos han intentado argumentar que puesto que Dios guarda silencio con respecto a la música instrumental, sin decir específicamente "si" o "no", que tenemos entonces la autoridad general para usarla si la consideramos conveniente. Comparan este silencio de Dios con respecto a la fuente de la madera de gofer para el arca, pero esto no es una aplicación legítima de la autoridad general. Es verdad que Dios no especificó el origen de la madera de gofer, pero especificó qué clase de madera era aceptable. Similarmente, Dios no ha especificado que partes debemos cantar en nuestra adoración; por tanto, estamos en libertad de cantar cualquier parte (eso es, soprano, alto, bajo, tenor, etc.) que sea conveniente, mientras cantemos. No obstante, Dios ha especificado que clase de música (tal como especificó qué clase de madera para el arca), y de esta manera no tenemos autoridad general o específica para traer otra clase de música. La música instrumental no está condonada, sino más bien condenada por el silencio de Dios. Puesto que la música instrumental no es una clasificación o tipo de canto sino más bien una clase de música diferente, está prohibida por el silencio de Dios. También es impropio traer entonces música instrumental a la adoración sobre la base de que "¡Dios no dijo que no!"
La mayoría de las personas cuando asisten a un servicio religioso de las iglesias de Cristo por vez primera rápidamente se confunden y sorprenden al encontrar que no es usado ningún instrumento de música. Naturalmente son curiosos en cuanto a la razón o razones para la omisión de esta práctica; y a menos que alguna información confiable esté disponible, pueden concluir que simplemente desde el punto de vista personal las iglesias de Cristo no prefieren la música instrumental y que no pueden proporcionarla. Ninguna de estas conclusiones son ciertas.
Las iglesias de Cristo al rehusar el uso de música instrumental en la adoración no lo hacen para que sea peculiar ni a causa de los gastos envueltos. Para ella esto no es una cuestión de conveniencia sino un asunto de principio. Ella cree que ningún problema religioso es solucionado correctamente por medio del criterio de las preferencias personales, gustos individuales, y sabiduría humana, sino por la autoridad suprema de Jesucristo expresada en el Nuevo Testamento.
Cuando los visitantes se dan cuenta que nuestra razón para no tener instrumentos mecánicos de música en la adoración es doctrinal, frecuentemente reaccionan negativamente. Cuando es escuchado un sermón condenando el uso de instrumentos mecánicos de música en la adoración, nos condenan de "juzgar" a los demás y nos "juzgan" de ser extremadamente fanáticos e intolerantes
Reconociendo que algunas personas inmediatamente descartarán cualquier discusión del asunto como "más es el ruido que las nueces", me encontré enfrentado a mi mismo con la difícil tarea de convencer a una persona prejuiciada cuando trato de explicar lo que creo. Solamente le pido que me preste atención, y que cualquier decisión a la que llegue sobre el tema, esté basada en lo que Biblia enseña antes que en nociones preconcebidas.
La adoración aceptable debe ser por la divina autoridad de Cristo. En Juan 4:23-24, Jesús dijo: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".
La Adoración Verdadera y Falsa
Hay dos conclusiones inevitables de este pasaje de la Escritura. Primero, la declaración claramente implica que hay una adoración verdadera y una adoración falsa. Cristo dijo, "... cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre ...", indicando que hay ambas, adoración verdadera y falsa.
Acorde a Mat. 15:8-9, Jesús enfatizó que la adoración que es acorde a doctrinas y mandamientos de hombres, es "adoración vana". La adoración vana ciertamente es lo opuesto de la adoración verdadera.
Segundo, acorde al pasaje, la adoración, para que sea verdadera y aceptable, debe ser en espíritu y acorde a la verdad. Además, Pablo declaró en Col. 3:17, "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús ..." De esta declaración inspirada es evidente que nuestra adoración debe ser en el nombre de, o por la autoridad del Señor Jesucristo.
La Adoración Divina Es Revelada Por Dios
Dios nunca ha dejado al hombre para que ande a tientas en la obscuridad para que encuentre la clase de adoración que le agrada. En lugar de eso, Dios le ha dado al hombre una revelación divina para mostrar a los hombres lo que le agrada. Esto nos es mostrado muy en el principio en las Escrituras.
Dios reveló la clase de adoración que los hombres debían ofrecer cuando dejaron el Huerto del Edén. Las Escrituras relatan, "Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín ..." (Heb. 11:4). Uno puede andar por fe solamente cuando se mueve en obediencia a la divina revelación de Dios (Rom. 10:17). Por tanto, Abel ofreció a Dios la clase de sacrificio que Dios mandó. En contraste, Caín ofreció un sacrificio a Dios del cual no se agradó, y lo rechazó (Gén. 4:4-5). Esta narración Bíblica demuestra que no toda adoración agrada a Dios; la única adoración que le agrada es la que es ofrecida de acuerdo con la divina revelación de Dios.
Otro incidente que demuestra que la adoración debe ser ofrecida acorde a la revelación que Dios nos ha dado se encuentra en 1 Reyes 12-13. Dios había revelado a Moisés en el Mte. Sinaí la clase de adoración que Su pueblo le debía ofrecer (véase Ex. - Deut.). Cerca de 500 años después, el reino de Israel se dividió en dos naciones -- Israel y Judá. El rey Jeroboam de Israel estaba temeroso de que la adoración en Jerusalén trajera de regreso a los hombres a Judá. Consecuentemente, estableció una forma de adoración alternada en Betel y Dan. Cambió el lugar de adoración de Jerusalén a Betel y Dan; usó ídolos en su adoración; usó hombres de cada tribu para sacerdotes antes que usar solamente a los Levitas; cambió la fecha del día festivo (Comp. 1 Rey. 12:25-33). Las Escrituras dicen, "Y esto fue causa de pecado ..." (1 Rey. 12:30). Dios había revelado la clase de adoración que debería ser ofrecida a Dios; cuando se apartaron de esta, fueron culpables de pecado y su adoración fue inaceptable.
El Nuevo Testamento refuerza estos mismas verdades. Jesús enseñó que la adoración tenía que ser ofrecida acorde al modelo o patrón que Dios reveló para que fuera aceptable a Dios. Cuando los Fariseos hicieron del "lavamiento de las manos" una ceremonia religiosa, Jesús condenó su práctica diciendo, "Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres" (Mat. 15:8-9). No hay nada moralmente incorrecto en lavarse las manos antes de comer. No obstante, convertirlo en un acto de adoración a Dios fue rendir una adoración inservible. Cualquier cosa introducida en la adoración sobre la autoridad del hombre anulará la adoración de uno.
Pablo describió una clase de adoración como "culto voluntario" (Col. 2:23). El culto voluntario es adoración inventada por el hombre, acorde a la percepción del hombre de lo que es bueno. Los hombres se sujetaron a sí mismos a preceptos tales como "No manejes, ni gustes, ni aun toques" -- mandamientos de hombres, no de Dios (Col. 2:22). Esta adoración es inútil. Esto honra y glorifica a los hombres que la inventaron e idearon. Antes que glorificar a Dios, esto lo deshonra.
Las advertencias de las Escrituras enfatizan la necesidad de que el hombre se contente con obedecer lo que la palabra de Dios ha mandado y revelado. El castigo del Infierno vendrá sobre aquellos que den un paso más allá de los límites de la palabra de Dios en su adoración. Nótese las siguientes advertencias:
"Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése si tiene al Padre y al Hijo" - (2 Juan 9).
"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" - (Ap. 22:18-19).
Otros pasajes tales como Gálatas 1:8-9; 1 Timoteo 1:3; 4:1-3 y otros podrían ser citados. Todos ellos advierten de los peligros de fallar en hacer lo que Dios ha mandado y hacer cosas que El no ha mandado. Todos ellos urgen a los Cristianos a andar dentro de la revelación de la palabra de Dios dada a nosotros a través de los apóstoles y profetas inspirados.
Es una cosa muy seria ir más allá de la palabra de Dios y no permanecer en la enseñanza de Cristo. Pablo declaró: "Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está escrito ..." (1 Cor. 4:6).
Muchos ejemplos de la imperativa necesidad de la obediencia están revelados en el Nuevo Testamento. Pablo declaró que están escritos para "nuestro ejemplo", y "enseñanza" (1 Cor. 10:6,11).
Nótese estos:
1. Números 22:18 - "...no puedo traspasar la palabra de Jehová mi Dios para hacer cosa chica ni grande".
2. Números 23:26 - "... todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer".
3. Números 22:35 - "... la palabra que yo te diga, esa hablarás ..."
El apóstol Pedro en el Nuevo Testamento, concluyó: "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén" (1 Ped. 4:11).
La Clase de Música Que Dios Acepta
Habiendo aprendido la importancia de limitar nuestra adoración a lo que la Biblia ha revelado, necesitamos aprender la clase de adoración que le agrada a Dios. Desde el principio, reconocimos que la clase de adoración que Dios le agrada debe estar revelada en el Nuevo Testamento. Todos los Cristianos entienden que un regreso al sacrificio de animales del Antiguo Testamento sería un rechazo de la expiación de la sangre de Cristo. Por tanto, la clase de adoración que los Cristianos deben ofrecer debe ser aprendida del Nuevo Testamento.
Nuestro estudio de la clase de adoración que a Dios le agrada está limitado a la clase de música que a Dios le agrada.
LA LEY DE LA FE
"Porque por fe andamos, no por vista" - 2 Cor. 5:7
El Cristianismo es pre-eminentemente una religión de fe. La relación del hombre con Dios en la religión de Cristo envuelve básicamente el asunto de la fe. "Porque por fe andamos, no por vista" (2 Cor. 5:7). "Pero sin fe es imposible agradar a Dios ..." (Heb. 11:6). Pero no solamente el Cristianismo, como sistema, es puramente un sistema de fe (Gál. 3:23), sino que para su aceptabilidad, todo servicio que rindamos a Dios, debe ser de fe. Ninguna proposición está establecida más claramente en la Palabra de Dios que esta. No sólo está claramente declarado que "andamos por fe", sino que en Heb. 11:6 está declarado explícitamente que "sin fe es imposible agradar a Dios". Por tanto, cualquier acto de adoración religiosa, sea grande o pequeño, debe ser de fe para agradar a Dios.
I. LA FE DEFINIDA EN DISTINCIÓN DE LA OPINIÓN.
Dos preguntas correctamente contestadas presentarán esta distinción en su luz verdadera.
1. ¿Qué es andar por fe? En Rom. 10:17, Pablo declaro: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios". Esto aclara en cuanto a cómo viene la fe; ella viene por oír la Palabra de Dios. Por tanto, donde no hay Palabra de Dios no puede haber fe; y si no hay fe, entonces no se anda por fe. Esta no es la opinión de algún hombre o grupo de hombres; es la incuestionable enseñanza de la Palabra de Dios. Por consiguiente, si oyendo la Palabra de Dios es la forma como viene la fe, entonces donde está la Palabra de Dios, puede haber fe, pero no más allá de eso. Por consiguiente, si la Palabra de Dios no dice nada con respecto a un dado curso de acción, no puede haber fe en continuar ese curso de acción, porque LA FE VIENE POR OÍR LA PALABRA DE DIOS. Y en consecuencia, puesto que debemos "andar por fe", y "sin fe es imposible agradar a Dios", se sigue que en cualquier asunto en que no estemos dirigidos por la Palabra de Dios, ni estamos andando por fe, ni estamos agradando a Dios. Esto nos prepara para la segunda pregunta:
2. ¿Qué es andar por opinión? En Jn. 3:1-2, tenemos las palabras: "Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal de entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él". Pero usted está listo a preguntar, ¿qué tiene que ver este pasaje con la pregunta ante nosotros? Veamos. Hay dos preguntas en conexión con esta famosa conversación a las que deseo llamar la atención: (1) ¿Nicodemo vino a Jesús de noche? La respuesta unánime y universal de todos los creyentes en la Biblia es que así lo hizo. Pero, ¿cuál es la causa de esta perfecta unidad de sentimiento? Simplemente porque la Biblia dice que él vino de noche, y siempre hay unión donde todos siguen lo que la Biblia dice. (2) ¿Por qué vino de noche y no de día? Sería fácil encontrar una respuesta a esta pregunta entre los teólogos. Pero el problema con esta clase de sabios es que intentar seguir sus guías en tales asuntos es como intentar colocar dos caballos en direcciones opuestas al mismo tiempo. Una clase de ellos nos dice que Nicodemo actuó en este caso por causa del miedo de sus colegas en el Sanedrín Judío, escogiendo la cortina de la noche tras la cual conversar sin ser observado con el Gran Maestro. Otros nos dicen que no fue por temor, sino que para evitar las multitudes que se reunían alrededor de Jesús durante el día, el eminente gobernante de los Judíos prefirió la quietud de la noche de manera que pudiera conversar sin ser perturbado con el Reformador Galileo. Ahora, una o la otra de estas visiones puede ser la correcta; pero como la Biblia no dice una sola palabra acerca de esto, ningún mortal puede saber por qué vino de noche. Y esto es precisamente lo que es verdad de todos los teólogos. Solamente dicen lo que piensan acerca de esto; eso es, expresan su opinión. La palabra opinión quiere decir lo que uno piensa, y en los asuntos religiosos, quiere decir lo que pensamos con respecto a asuntos sobre los que la Biblia está en silencio. Por tanto, la distinción entre fe y opinión es perfectamente clara. La fe viene por oír la Palabra de Dios; opinión es lo que los hombres piensan donde la Palabra de Dios no habla. En consecuencia, cuando los hombres introducen como adoración a Dios, como servicio que debe ser rendido a El, cosas sobre las que Su Palabra está en silencio, hablan por opinión y no por fe. Y ahora, la esencialidad de andar por fe en todos los asuntos religiosos, y nunca por opinión, puede aún aparecer más claramente, examinemos --
II. EL PRINCIPIO FUNDAMENTAL FORMULADO POR
JESÚS EN SU DEFINICIÓN DE ADORACIÓN VANA.
Este principio es encontrado en Mat. 15:9, "Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres". Aquí está una clara declaración de dos hechos innegables: (1) Estos Escribas y Fariseos estaban adorando a Dios. Soy sabedor de que lo que estaban haciendo fue condenado por Jesús, pero aún así era adoración, porque Jesús mismo lo declaró de esta manera. (2) Pero era adoración vana, porque estaban haciendo, como servicio religioso, cosas que Dios no había mandado. Aún el pequeño asunto de lavar las manos estaba entre las cosas severamente condenadas por Jesús; pero ¿es incorrecto lavarse las manos? No, si esto es hecho fuera del servicio religioso; pero si, enfáticamente si, sí esto es hecho en el servicio religioso donde no hay mandamiento de Dios para esto. Aquí está un hecho que debería ser impreso profunda e indeleblemente en cada corazón, que acorde a Jesús, un acto, tal como el lavamiento de las manos, el cual es completamente sin pecado fuera del servicio religioso, es, no obstante, pecaminoso cuando es obrado en el servicio religioso ante la ausencia de cualquier mandamiento de Dios. Por tanto, aunque envuelto en la adoración a Dios, los hombres pueden al mismo tiempo, estar bajo la condenación de Jesús, porque están haciendo lo que es ordenado por los hombres, y no por el Señor, lo cual Jesús dice que es adoración vana. Mucha de la adoración en el mundo religioso hoy día es adoración vana. Ahora estamos preparados para notar --
III. LA APLICACIÓN DE ESTOS PRINCIPIOS A LA
LUZ DEL MODO DE PROCEDER DE DIOS CON LOS HOMBRES
Primero que todo, las Escrituras inspiradas exponen claramente el hecho de que siempre que y dónde quiera que las personas intenten hacer como servicio a Dios, cualquier cosa que había prohibido o que no había mandado, esta fue rechazada. A través de Samuel el profeta el Señor pronunció un mandamiento al rey Saúl en las siguientes palabras: "Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos" (1 Sam. 15:3). El registro nos informa que Saúl derrotó a los Amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, pero que tomo vivo a Agag rey de Amalec, y perdonaron a lo mejor de las ovejas y del ganado (v.7-9). Eso es, siguieron su propia sabiduría en el asunto. Además, veremos por qué Saúl hizo esto, y que hoy día tiene muchos imitadores y sucesores. Cuando él y Samuel se reunieron, el rey desobediente se dirigió a Samuel de esta manera: "Bendito seas tú de Jehová; yo he cumplido la palabra de Jehová" (v.13). Samuel contestó: "¿Pues qué balido de ovejas y bramido de vacas es este que yo oigo con mis oídos?" (v.14). Esperando rectificar su error por medio de ofrecer un sacrificio, lo cual no le había sido mandado, Saúl contestó: "... el pueblo perdonó a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para sacrificarlas a Jehová tu Dios" (v.15b), y añade más adelante, "... he obedecido la voz de Jehová, y fui a la misión que Jehová me envió ..." (v.20a); "... mas el pueblo tomó del botín ovejas y vacas, ... para ofrecer sacrificios a Jehová tu Dios en Gilgal" (v.21). El profeta de Dios respondió: "Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios" (v.22b), mostrando que la obediencia consiste en hacer lo que es mandado, y que todo servicio no mandado aunque sea el sacrificio del ganado sobre mil colinas, es adoración vana. La Palabra de Dios revela claramente el hecho de que ninguna clase de servicio que el hombre pueda rendir al Señor es aceptable, a no ser que el Señor mismo lo haya ordenado. El servicio gratuito nunca es aceptable a Dios. Viendo su gran error, Saúl ahora declara el secreto de su desviación de la voluntad de Dios en la siguiente confesión abierta: "Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos ..." (v.24). Ahí esta. Saúl cedió a la voluntad del pueblo en lugar de mantenerse leal a la voluntad de Dios. El mismo espíritu es hecho público hoy día. En lugar de llevar al pueblo a permanecer en la senda de la lealtad al Señor, los predicadores mismos llevan al pueblo a copiar los modelos de las denominaciones en derredor de ellos. Un propósito divino al colocar ancianos sobre una iglesia es para que la guarden contra la falsa enseñanza (Hch. 20:28-31; Tito 1:7-11), pero desafortunadamente en muchos casos, en lugar de mantener la lealtad a la Palabra de Dios, mostrando a los jóvenes y no preparados que es incorrecto seguir la sabiduría de los hombres, los ancianos mismos ceden a la imperiosa demanda de los jóvenes.
El cismático y subversivo esquema de Corán, Datán, y Abiram (Núm. 16), es otra ilustración del punto. La orden de Dios era que Aarón y sus hijos debían quemar el incienso, mientras que los Levitas, a quienes Corán y su compañía pertenecían, tenían otras obligaciones asignadas a ellos. Se cansaron de la orden de Dios, protestaron contra Moisés que él y Aarón estaban asumiendo demasiada autoridad, y que ellos tenían el mismo derecho para quemar el incienso como Aarón y sus hijos. Para conseguir que su esquema fuera más efectivo, reunieron a "doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los del consejo, varones de renombre" (v.2). Aquí tenemos doscientos cincuenta de los varones más sobresalientes entre el pueblo tomando consejo contra el orden del Señor. Las convenciones y concilios han sido focos de herejías en todas las épocas. El caso actual no fue una excepción a la regla. Viendo que estaban determinados a llevar a cabo sus propósitos, Moisés les dijo que se alistaran con sus incensarios, y luego añadió: "En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad. Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me envió. Mas si Jehová hiciere algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron a Jehová" (v.28-30). No había acabado Moisés de entregar este discurso de lealtad, cuando la tierra se abrió bajo ellos y tragó Coré y a toda su compañía (v.31). El Señor había hablado palabras de advertencia a Moisés y a Aarón y a través de ellos a la congregación, diciendo: "Apartaos de esta congregación ... Apartaos ahora de las tiendas de estos hombres impíos ... para que no perezcáis en todos sus pecados" (v.20,21,23,25-26); enseñando de esta manera la solemne lección que, cuando los hombres se apartan deliberadamente de la voluntad de Dios, debemos separarnos nosotros mismos de ellos. A través de Pablo, en Rom. 16:17, el Nuevo Testamento prescribe la misma obligación: "Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y que os apartéis de ellos". Este es el mandamiento de un apóstol inspirado de Cristo.
De esta manera, vemos que hay sino dos caminos, en términos generales, atender la orden de Dios -- obedecerla o desobedecerla. La obediencia consiste en hacer lo que Dios dice, ni más ni menos. La desobediencia consiste en cualquier desviación de la orden de Dios, ya sea hacer lo que El prohibe, omitir todo o una parte de lo que manda, hacer como servicio religioso lo que El no manda, o hacer alguna modificación de Su voluntad.
Ahora observemos este principio a la luz de los hechos del Nuevo Testamento. Acorde a la enseñanza de Jesús, el mismo principio se aplica en el servicio a Dios hoy día. Aún es verdad que todas la veces que y donde quiera que los hombres hagan, como servicio religioso, lo que no se les ha mandado a hacer, esto es rechazado. Pero hay una clara distinción entre hacer una cosa como servicio religioso, y hacer la misma cosa fuera del servicio religioso. Como ya se observó en otro punto, un acto totalmente inofensivo en sí mismo cuando se hace fuera del servicio religioso, puede ser muy perjudicial cuando es hecho en el servicio religioso. A la luz de algunas especificaciones, la exactitud de este principio aparecerá claramente.
1. El lavamiento de las manos. En esto, no hay nada incorrecto en el simple acto mismo, como todos pueden ver, y no obstante, es uno de los mismos actos que Jesús condenó en los términos más fuertes (Mr. 7:3,7). Pero, ¿por qué lo condenó? Observe la pregunta desde todo punto de vista posible, y la única respuesta posible es que fue condenado porque estaban haciendo, como servicio religioso, algo que aunque correcto en sí mismo, no había sido mandado.
2. Comer carne. ¿Es incorrecto comer carne? Usted responde que No. Luego, suponga que la colocamos en la mesa del Señor con el pan y el jugo de uva? Usted estará presto a decir que esto no sería correcto. ¿Por qué no? Usted ni puede decir que es porque el acto es incorrecto en sí mismo, ni porque está prohibido; porque no solo sabemos que no es incorrecto comer carne, sino que Dios en ninguna parte ha dicho que no debemos comerla en Su mesa. Como en el caso anterior, lo mismo aquí, hay solamente una respuesta correcta, y esa es, el error consiste en el hecho de que el Señor no nos ha dicho que lo hagamos así.
3. El bautismo de bebés. ¿Es incorrecto bautizar bebés? Si es así, ¿por qué? Ciertamente no porque sea incorrecto aplicar agua a los bebés, ni sumergirlos en agua. Es verdad que Dios ha mandado el bautismo a los creyentes, pero, a pesar de este hecho, sería correcto practicar ambos, como ha sido hecho, si Dios lo hubiera mandado. Por tanto, la práctica es incorrecta, no porque el acto mismo sea pecaminoso aparte del servicio religioso, sino porque no hay autoridad divina para el acto en el servicio religioso.
4. La música instrumental. ¿Es incorrecto tocar instrumentos de música? Aquí nuevamente debemos contestar, no hay nada incorrecto en el acto mismo fuera del servicio religioso. La oposición a la música instrumental en la adoración es mal entendida por muchas buenas personas. A menudo dicen: "La música instrumental es tan atractiva y entretenedora en su efecto que no podemos ver por qué alguien debería oponerse a ella". Si esto fuera el criterio del juicio, la oposición cesaría de una vez por todas. Su uso en la adoración de Dios no es opuesto sobre la base de que no hay gusto por la música misma. ¿Por qué entonces se oponen a ella? Simplemente porque Dios no la ha señalado en Su adoración, sino que ha señalado la música de otra clase. Dios muy claramente ha dicho, comer pan en la mesa del Señor, como también ha dicho del uso de música vocal en la adoración.
La Autoridad del Nuevo Testamento Para Cantar
La pregunta es, ¿Cristo, los apóstoles, o el Espíritu Santo autorizó los instrumentos mecánicos de música en la adoración? Si así es, entonces los Cristianos deberían obrar de acuerdo con Su voluntad. Si no lo es, entonces no debemos desobeceder la voluntad del Padre por medio de envolvernos en la adoración autorizada por el hombre y no por Cristo..
¿Qué enseña el Nuevo Testamento? Efesios 5:17-19 - "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor". ¿Cuál es "la voluntad del Señor" con respecto a la música en la iglesia? La respuesta está revelada en el v.19 - "hablando entre vosotros, con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones". Aquí el apóstol declaró que la música debe ser vocal -- cantando, alabando al Señor en vuestro corazón. ¡El mandamiento es cantar! Ni una sola vez fue insinuado el uso de instrumentos mecánicos en la adoración. Uno puede leer cada pasaje en el Nuevo Testamento sobre el tema de la música en la iglesia. Aquí están los pasajes del Nuevo Testamento que discuten la música de los santos:
Mateo 26:30 - "Y cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos".
Hechos 16:25 - "Pero a media noche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían".
Romanos 15:9 - "... yo te confesaré entre los gentiles, y cantaré a tu nombre".
1 Corintios 14:15- "... cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento".
1 Corintios 14:26 - "... cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo..."
Efesios 5:19 - "... hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones"
Colosenses 3:16- "... enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor ..."
Hebreos 2:12 - "... en medio de la congregación te alabaré".
Santiago 5:13 - "... ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas".
Ciertamente, cada uno puede observar la ausencia de instrumentos mecánicos en todos los pasajes del Nuevo Testamento, lo cual debe gobernar las acciones de los Cristianos en la adoración.
Estos son todos los pasajes del Nuevo Testamento que se refieren a la música usada por los discípulos en su adoración a Dios.
Las cosas que nos impresionan acerca de su adoración en los cánticos es que (1) era congregacional y (2) era vocal. La iglesia primitiva no sabía nada acerca de grupos especiales de cantos para entretenerlos en la adoración. La iglesia primitiva no usó instrumentos mecánicos de música en la adoración.
Los miembros de la iglesia de Cristo reverente y humildemente han buscado la respuesta correcta a toda pregunta importante: ¿Jesucristo autorizó el uso de música instrumental en la adoración a Dios? Su objetiva investigación de la palabra divina ha producido la conclusión de que no hay mandamiento, precepto, ni ejemplo para la adoración a Dios por medio del uso de música instrumental durante la dispensación del Nuevo Testamento; por tanto, sinceramente creen que la práctica de música instrumental es una grave desviación del plan divino, manifestando falta de respeto por la autoridad de Cristo.
Con pocas excepciones, las iglesias de Cristo han permanecido solas en el mundo religioso en su constante rechazo de añadir a la adoración de Dios la práctica de música instrumental. A todos aquellos que desacuerdan con esta posición, una apelación sincera y honesta es presentada para que se haga una investigación imparcial y sincera del estudio a la mano. Son urgidos a comparar todas las afirmaciones hechas aquí dentro con las verdades Bíblicas aseguradas de su propio escrutinio personal de la palabra de Dios; entonces, y solamente entonces, serán capaces de sacar una conclusión definida y honesta en cuanto al valor de la posición tomada por las iglesias de Cristo contra la adoración de Dios con música instrumental.
Pero es afirmado que el Señor no ha prohibido la música instrumental. Tampoco ha prohibido comer carne en la cena del Señor, excepto por decirnos que comamos algo más; y en la misma forma ha prohibido la música instrumental por medio de decirnos que se use otra clase de música. Si la especificación de lo que debemos comer en la cena del Señor excluye todo lo demás, entonces la especificación de la clase de música que debemos usar en la adoración, excluye toda otra clase de música. Si no, ¿por qué no? Aquí, entonces, están cuatro casos distintos -- el lavamiento de las manos, el comer carne, el sumergir a los niños en agua, y el tocar instrumentos de música, todos los cuales son impecables en sí mismos, pero incorrectos cuando son hechos como actos religiosos, porque no hay autoridad divina para esto. La adoración de Dios no fue señalada como una ejecución artística para agradar y gratificar el gusto del hombre, sino para agradar y honrar a Dios por medio de la lealtad a Su Palabra. Nosotros estamos andando por fe.
Una Pregunta de la Autoridad
El apóstol Pablo colocó un principio general que nos debe guiar en todos los asuntos de fe y práctica: "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús ..." (Col. 3:17). Esta declaración del apóstol inspirado es del todo decisiva. Puesto sencillamente, no podemos creer, enseñar o practicar cualquier cosa que no esté autorizada por Dios. Podemos ilustrar este principio por medio de pensar de la adoración de la iglesia como un círculo. Pablo dice que solamente podemos traer dentro del círculo aquellas cosas que Dios autoriza. De esta manera, colocamos la enseñanza, la ofrenda, la Cena del Señor, y la oración dentro de este círculo porque están autorizadas en el Nuevo Testamento (Hch. 2:42). También nos es requerido que traigamos la música vocal en la adoración así autorizada por Ef. 5:19.
El concepto sectario de la autoridad Bíblica va en contra de la enseñanza de Pablo. El concepto del hombre es que todo está autorizado a menos que esté específicamente condenado. Usando nuestra misma ilustración del círculo, los hombres intentan colocar todo dentro del círculo y arrojar fuera lo que Dios condena específicamente. Los sacrificios de animales, por ejemplo, son excluidos del círculo como lo son muchos antiguos actos paganos de "adoración" tal como el baile, la bebida, y la fornicación porque todos estos están específicamente condenados. Pero en vista de que el Nuevo Testamento no condena específicamente la música instrumental en la adoración, los hombres la dejan dentro del círculo de lo que está "autorizado". Y puesto que no hay condenación específica del incienso, del agua bendita, de las campanas, del rosario, algunas sectas dejan estas cosas también en el círculo. Claramente, este uso de la Palabra de Dios nos dará considerablemente más libertad de adorar a Dios en casi toda forma que consideremos prudente. Si el Nuevo Testamento específicamente no condena una práctica, y si consideramos que es buena, entonces estamos libres para hacerlo. Esto, sin embargo, es un claro maltrato y abuso de la Palabra de Dios. Usando este tipo de "razonamiento", estaríamos autorizados a azar carne a la parrilla, o las señoritas podrían ponerse a hacer colchas, como un acto de adoración porque no hay condenación específica de esto en el Nuevo Testamento. Y de esta manera, son abiertas las puertas del diluvio. Solo un poco de imaginación es suficiente para ver hasta dónde puede llevar esto, y ¿quién podría negarlo o condenarlo?
La discusión anterior demuestra el concepto equivocado general de la autoridad Bíblica. Este concepto equivocado se origina en una falta de comprensión y no en alguna inhabilidad para entender la Biblia. Por ejemplo, Cuando Dios le mandó a Noé a construir un arca para salvar a su familia, le dio instrucciones específicas en cuanto a las cosas que debían poner en el arca. Noé debía poner una ventana, una puerta, y hacer el arca de madera de gofer. No fue necesario para Dios condenar específicamente la adición de otras puertas o ventanas para que Noé entendiera lo que Dios había autorizado. Dios no necesitó mandarle a Noé que no usara otra clase de madera antes de que Noé pudiera entender que el mandamiento específico de usar madera de gofer excluía automáticamente cualquier otra clase de madera. Noé entendió el concepto de la autoridad como fue expuesto por Pablo miles de años después en Col. 3:17. Era solamente libre de hacer lo que Dios le había dicho que hiciera. Cualquier otra cosa o menos de ella habría sido sin la aprobación de Dios. Nuevamente, en Lev. 10:1-2, nos es dada una demostración de estas dos visiones de la autoridad. Dios destruyó a Nadab y Abiu, los hijos de Aarón y la causa de su destrucción es muy reveladora. Cada uno de estos hombres tomó un incensario, pusieron fuego en este e incienso y lo ofrecieron delante del Señor. Como sacerdotes, estaban autorizados a hacer esto. Dios lo había mandado. Pero hicieron algo que Dios no había autorizado -- el fuego que usaron era "fuego extraño", eso es, no era el fuego que Dios les había mandado a usar. La Escritura dice que ellos "ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová". La reacción del Señor es extraña realmente si el concepto general de autoridad es el correcto. Dios no condenó específicamente el uso de "fuego extraño", pero todo Israel entendió que tal condenación era innecesaria por que Su mandamiento con respecto al que podía ser usado excluyó todos los demás. Dios claramente había dicho en que lugar se encontraba el fuego que debía ser usado - "Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová ..." (Lev. 16:12); pero ellos lo tomaron de otro lugar. Nuestra autoridad entonces debe estar fundada en lo que Dios ha dicho. Cuando intentamos condonar (perdonar) una doctrina o práctica por medio de apelar a lo que Dios no mandó, nos colocamos a nosotros mismos en la posición de Nadab y Abiu, eso es, actuando sin autoridad. Antes de proceder un poco mas, notemos nuevamente lo que enseñan las Escrituras:
Col. 3:17 - Todo lo que enseñemos o practiquemos debe estar autorizado por Cristo.
Gál. 1:6-9 - Cualquier doctrina o práctica que no fue enseñada por los escritores inspirados del Nuevo Testamento, llevará a la condenación eterna.
2 Timoteo 3:16-17 - Puesto que las Escrituras nos preparan para toda buena obra, no hay obras que estén agradando a Dios excepto aquellas que estén autorizadas en ella.
Una vez que entendamos apreciemos y respetemos completamente la absoluta necesidad de autoridad Bíblica, no continuaremos escuchando el ahora clamor familiar, "Hacemos muchas cosas para las que no tenemos autoridad". Si ese es el caso, entonces necesitamos dejar de hacer aquellas cosas. En lugar de eso, deberíamos hacer solamente aquellas cosas para las que tenemos autoridad Bíblica.
La Autoridad Genérica y Específica
Es claro que la Palabra de Dios especificó el cantar como una forma aceptable de música en la adoración. Pero ¿es esa la única clase de música que es aceptable? ¿Tiene Dios que especificar la música instrumental antes de que pueda ser usada? Para contestar estas preguntas necesitamos entender la diferencia entre la autoridad específica y la autoridad general (genérica). Toda doctrina o práctica debe ser establecida al menos por una de estas dos clases de autoridad.
Si Dios específica cómo, cuándo, dónde, o por quién debe ser hecha una cosa en particular, nos está dando la autoridad específica. Por ejemplo, en Gén. 6:14, Dios le instruyó a Noé para que hiciera un arca de madera de gofer. Ahora, si Dios simplemente le hubiera dicho "Hazte un arca", Noé habría estado libre para usar su propia elección de materiales. Roble, pino, caoba -- podría haber sido usada cualquier clase de madera. Pero Dios no dio a Noé la elección de los materiales. Especificó que el arca debía ser hecha de madera de gofer. Noé entonces tenía la autoridad específica de parte de Dios para usar madera de gofer, y solamente madera de gofer. Ninguna otra clase de madera podía ser usada y aún estar agradando a Dios. Otro ejemplo de autoridad específica es encontrada en Núm. 19:2. En este pasaje Dios instruyó al pueblo con respecto al sacrificio particular que debía ser ofrecido. Dios especificó que este debía ser un sacrificio animal descartando de esta manera todas las otras clases de sacrificio que pudieran haber sido ofrecidos. También especificó que el animal debía ser una vaca, descartando de esta manera toda otra clase de animal que pudiera haber estado disponible. Nuevamente, especificó que debía ser una vaca alazana. Una vaca negra, café, blanca, o manchada no habría sido aceptable para Dios porque específicamente había mandado una vaca alazana.
Es claro de estos ejemplos que cuando Dios especifica una cosa, entonces solamente esa cosa puede ser hecha. Todo lo demás queda excluido. No era necesario para Dios especificar madera de gofer y luego proceder a enumerar todas las otras clases de madera que no aceptaría. Especificar una era excluir las otras. De igual manera, Dios no necesitó decir, "No uses un cordero, o un caballo, o un perro, o una ave, o un toro, una vaca negra, o una vaca café, o una vaca blanca en este sacrificio". Obviamente, todas estas cosas fueron excluidas automáticamente cuando especificó "vaca alazana".
Ahora apliquemos este principio básico a la cuestión de la música en la adoración. Hemos observado todos los pasajes en el Nuevo Testamento que tienen que ver con la clase de música que debemos usar en la adoración a Dios. En todos y cada uno de los casos, sin una sola excepción, solamente una clase de música es especificada -- cantar. Por supuesto, hay otras clases de música. Hay música hecha por medio de silbidos, por medio de susurros, y música hecha por medio de instrumentos. Pero ninguna de estas es la misma cosa que cantar, y el canto es la clase de música especificada por Dios. Hemos mostrado que cuando Dios especificó una cosa en particular (por ejemplo, cantar), entonces solamente esa cosa puede ser hecha y todas las demás están excluidas automáticamente. No es mas necesario para Dios decirnos, "no usen instrumentos de música, y no silben, y no susurren" que lo que fue para El decirle a Noé "no use roble, pino, cerezo, nogal, caoba, credo, ciprés, u olivo en el arca".
Hay una segunda clase de autoridad que podría ser usada algunas veces en la determinación de si una doctrina o práctica particular es Bíblica o no. Esta es la autoridad general (genérica). Mientras que la autoridad específica limita lo que puede ser hecho, la autoridad general puede dar un poco de mas libertad, aunque aún dentro de parámetros estrictos. La aplicación correcta de la autoridad general puede ser ilustrada mejor por medio de algunos ejemplos. En Génesis 6, cuando Dios mandó a Noé a hacer un arca, especificó que clase de madera debía usar. Noé tenía entonces la autoridad específica para usar solamente madera de gofer. No obstante, Dios no le dio alguna instrucción cualquiera que fuera en cuanto a de dónde debía venir la madera de gofer. Por el silencio de Dios, Noé tuvo la autoridad general para asegurar madera de gofer de cualquier localidad que considerara conveniente. Podía conseguir la madera del lugares tan lejanos como Egipto o tan cercanos como su propio patio trasero y aún estar agradando a Dios. El origen de la manera de gofer era un asunto de indiferencia para Dios. Una fuente era tan buena como la otra.
Es importante anotar que la autoridad general se deriva de lo que Dios ha hablado. No puede haber autoridad general a menos que Dios haya hablado. Por ejemplo, Noé tenía la autoridad general para asegurar la madera de gofer necesaria de cualquier localidad conveniente porque Dios había hablado y le había dicho que usara madera de gofer. Pero ¿qué si Noé hubiera substituido roble por madera de gofer porque el roble ya estaba disponible y para hacer un arca más bonita? ¿Dios habría aceptado esto? ¡No!, porque El había especificado que clase de madera usar y Noé solamente podía asegurarse de tal madera de gofer como la que era conveniente. El hecho de que el roble podría haber sido mas conveniente a los ojos de Noé no habría sido aceptable. Un mandamiento específico (por ej., usar madera de gofer) dio origen a la autoridad general en cuanto a la fuente de la madera. Noé no podía apelar a la autoridad general para usar otra clase de madera porque Dios había especificado cuál usar y de esta manera había limitado las decisiones de Noé.
Ahora, la pregunta ante nosotros es si podemos traer música instrumental a nuestra adoración sobre la base de la autoridad general o no. Algunos han intentado argumentar que puesto que Dios guarda silencio con respecto a la música instrumental, sin decir específicamente "si" o "no", que tenemos entonces la autoridad general para usarla si la consideramos conveniente. Comparan este silencio de Dios con respecto a la fuente de la madera de gofer para el arca, pero esto no es una aplicación legítima de la autoridad general. Es verdad que Dios no especificó el origen de la madera de gofer, pero especificó qué clase de madera era aceptable. Similarmente, Dios no ha especificado que partes debemos cantar en nuestra adoración; por tanto, estamos en libertad de cantar cualquier parte (eso es, soprano, alto, bajo, tenor, etc.) que sea conveniente, mientras cantemos. No obstante, Dios ha especificado que clase de música (tal como especificó qué clase de madera para el arca), y de esta manera no tenemos autoridad general o específica para traer otra clase de música. La música instrumental no está condonada, sino más bien condenada por el silencio de Dios. Puesto que la música instrumental no es una clasificación o tipo de canto sino más bien una clase de música diferente, está prohibida por el silencio de Dios. También es impropio traer entonces música instrumental a la adoración sobre la base de que "¡Dios no dijo que no!"
Lun 21 Oct 2024 - 16:17 por administrador
» ¿CUÁNDO PROSPERA LA OBRA DE LA IGLESIA?
Mar 27 Ago 2024 - 16:01 por administrador
» Sigamos Adelante
Lun 19 Ago 2024 - 17:17 por administrador
» La Vida de Cristo
Jue 8 Ago 2024 - 17:01 por administrador
» LA IGLESIA DE CRISTO
Mar 30 Jul 2024 - 17:25 por administrador
» ¿Qué Significa Estar en Cristo?
Mar 30 Jul 2024 - 17:22 por administrador
» LA BIBLIA ES LA PALABRA DE DIOS
Mar 30 Jul 2024 - 17:18 por administrador
» El Remanente de Dios
Mar 30 Jul 2024 - 17:15 por administrador
» ¿Tu carácter te ayuda o Te Estorba?
Mar 30 Jul 2024 - 17:12 por administrador