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    Mensaje  administrador Sáb 25 Dic 2010 - 11:16

    LOS TESTIGOS DE JEHOVA ENSEÑAN QUE LA BIBLIA NO ES SUFICIENTE

    Los Testigos de Jehová nos dicen que el hombre no puede tener la luz verdadera aparte de su publicación, Estudios en las Escrituras. Esta publicación no es solamente un comentario sobre las escrituras, sino que según ellos, sirve para ayudar al hombre a ver y entender lo que es la voluntad de Dios hacia los hombres.

    Observe, de esta publicación, a unas de las afirmaciones presuntuosas que hacen: “Si alguien deja de leer a los Estudios de las Escrituras, aún después de familiarizarse con ellos, después de haberlos leído por diez años, y va a la Biblia solo, aunque ha entendido a su Biblia por diez años, nuestra experiencia demuestra que dentro de dos años, se pierde en la oscuridad.” (Watch-Tower, September 15, 1910, page 298).

    “Si los seis volúmenes de los Estudios de las Escrituras son practicamente la Bíblia ordenada en temas, con pruebas bíblicas dadas, no sería incorrecto llamarlos La Bíblia en Forma Ordenada. Es decir, no son solamente comentarios sobre la Bíblia, sino que son practicamente la Bíblia misma.” (ibid.).

    Es dificil imaginar que gente que dice tener respeto para la Bíblia pudiera hacer tal declaración. En primer lugar, tales declaraciones infieren que el Pastor Russell y sus compañeros tenían la habilidad de escribir acerca de y explicar a los temas bíblicos más claramente que Dios mismo. Eso es una reflección sobre la sabiduría de Dios. En segundo lugar, afirma que los Estudios en las Escrituras son superiores a la Bíblia misma, y tal insolencia no puede ir sin reto. El Nuevo Testamento es la revelación final y completa de Dios mismo y su voluntad hacia los hombres. Es el libro más explicable y autodefinido que jamás se ha escrito sobre el tema de la religión. Si alguien mantiene que lo que ha escrito el hombre reemplace a la Bíblia, haciendo la Bíblia inferior a los Estudios de las Escrituras, esto es despreciativo. Pablo llama a la voluntad de Dios “lo que es bueno, aceptable y perfecto.” (Romanos 12:2).

    Jesús prometió a sus apóstoles que les mandaría al Espíritu Santo, y que él les enseñaría “todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” (Juan 14:26).

    Poco después, Jesús les prometió además que el Espíritu “os guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). Un resumen de estos dos versos dice:

    El les enseñará todas las cosas.
    El les recordará todo lo que les he enseñado.
    El los guiará a toda la verdad.

    Sin embargo, el Russellismo dice que si usted sabe todas estas cosas que el Espíritu Santo le ha dado por medio de los apóstoles, y los ha sabido por diez años, que dentro de dos años se perderá en la oscuridad si sólo tiene la Bíblia sin los Estudios en las Escrituras. ¿Puede creer eso? Juan dice: “Todo el que se desvía y no permanece en la enseñanza de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la enseñanza tiene tanto al Padre como al Hijo.” (2 Juan 9). ¿Es esto la enseñanza de Cristo, que los Estudios en las Escrituras es mejor que la Bíblia para producir a cristianos bien informados y fieles?

    Hay una fuerte advertencia hecha por el apóstol Pablo en contra de añadir, quitar o en cualquiera otra forma alterar al evangelio de Cristo. “Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema.” (Gálatas 1:6-8).

    El apóstol Pedro, inspirado por Dios, nos dió una regla por la que debemos ser gobernados en toda nuestra predicación y enseñanza: “El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios;” (1 Pedro 4:11). Aun con la enseñanza clara de la Bíblia, Russell y sus seguidores quieren que creamos que la mejor opción es aceptar a las palabras de los Estudios en las Escrituras. Ambos Pablo y Pedro afirman que la palabra de Dios provee todas nuestras necesidades y nos hace completos en Dios. “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:16, 17). “Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” (2 Pedro 1:3). Estos pasajes no necesitan nada de clarificación por el hombre. Sólo necesitamos examinar lo que dicen. Es evidente que las Escrituras nos proveen con todo lo que necesitamos en nuestras vidas espirituales y en nuestra caminada como cristianos, y nos aseguran el crecimiento hasta la madurez. No hay necesidad que tenga el hombre que no es totalmente proveído por Dios por medio de su palabra. “Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19).

    De los pasajes que hemos leído sobre el tema de la revelación de Dios hacia nosotros, usted sin duda, ha observado al uso repetido de la palabra “toda”. Para resumir, esto es lo que Dios dijo: El los guiará (a los apóstoles) a toda la verdad; Los recordará a todo los que les he enseñado; Les enseñará todas las cosas. Las escrituras inspiradas los preparará para toda obra buena, por medio de su conocimiento de El, en esta revelación del Nuevo Testamento y les dará todas las cosas concernientes a la vida y justicia; y así Dios nos ha proveído todas las necesidades espirituales.

    De lo que se ha dicho en estos pasajes, podemos estar seguros que Dios nos ha dado la revelación completo, total, final y perfecto de su voluntad hacia nosotros. No ha habido otra revelación de Dios desde la que dió a sus apóstoles y a los hombres inspirados en quienes los apótoles habían puesto sus manos. La afirmación que esta revelación sigue progresando es falsa. Revelaciones nuevas y añadidas son invenciones de la imaginación de los hombres. Hay muchas cosas erróneas con esta posición de una revelación adicional, pero principalmente es equivocada y engañadora. Si todavía hay más revelaciones provenientes de Dios, entonces su promesa que los apóstoles recibirían todo lo que Dios quiere darnos no es cierto. Que todos los hombres sean mentirosos, pero Dios es verdadero. Les reto a los Testigos de Jehová o a cualquier otro grupo que dicen tener otra revelación, a nombrar una sola verdad que tenemos hoy que no es revelada en la Bíblia. El anatema del cielo está sobre cualquiera que desea añadir a la revelación original de la voluntad de Dios hacia el hombre.

    ENSEÑAN QUE NO HAY TRINIDAD

    Una de las razones que dí al comenzar este libro de porque las enseñazas de los Testigos de Jehová tienen una mezcla de doctrinas falsas, es porque aceptan a esta dogma. “El estudiante cuidadoso de los capítulos anteriores ha encontrado testimonio abundante en las Escrituras que hay un solo Dios Todopoderoso (Estudios en las Escrituras, Vol. V, página 166). Otra declaración del mismo libro: “Verdaderamente, si no fuera por esta tontería de la Trinidad que nos han enseñado desde la infancia, y por el hecho de que es seriamente enseñado en los seminarios teológicos por profesores canosos, y en muchas otras maneras supuestamente sabias, nadie lo daría ni un momento de consideración.”

    Usted puede ver de estos textos citados que los Testigos de Jehová niegan la doctrina de la Trinidad, la naturaleza de Dios en tres personas. Dicen en sus publicaciones: “Jamás ha existido una doctrina más engañadora que la de la Trinidad. Sólo hubiera podido originar en una menta, la mente del diablo.” (Reconciliación, J.F. Rutherford, página 101).

    Han decidido lo que otros creen acerca de la Deidad, Dios en Tres Personas, la Trinidad, y han fabricado su propia definición. “La doctrina es, en breve, que hay tres dioses en uno; o sea, Dios el Padre, Dios el Hijo, y Dios el Espíritu Santo, todos los tres iguales en poder, substancia, y eternidad” (ibid., página 100). En el primer lugar, es necesario entender que los cristianos no creen que hay tres dioses en uno, pero si creen que hay un sólo Dios en el cual hay tres Personas – Padre, Hijo, y Espíritu Santo. La Biblia enseña que todos los tres son de la misma substancia (-. literalmente, caracter, Hebreos 1:3). Los tres son infinitos en existencia, omnipotentes, omniscientes, y omnipresentes.

    Es inconcebible que la persona que lee el Nuevo Testamento con cuidado llegue a las conclusiones expresadas en los textos citados arriba de los Testigos de Jehová. Para llegar a esta conclusión sería necesario tener la mente completamente cerrada o no tener nada de interés en las verdades inspiradas. La persona que honestamente busca a la verdad siempre quiere saber lo que dice la Bíblia sobre el tema. Y la Bíblia tiene mucho que decir sobre el tema. Examinaremos lo suficiente de lo que dice para convencer al dudador honesto, fortalecer al creyente, y refutar al maestro falso.

    Primero debemos observar a las cosas que dice Jesus, “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre.” (Juan 14:16). Tres personas son mencionados en este pasaje:

    Yo (Jesús)
    el Padre
    el Consolador, quien es el Espíritu de la verdad

    En el verso 26 del mismo capítulo, Jesús continua, “Mas el Consolador, El Espíritu Santo, el cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.” Este pasaje es positivamente claro sobre la naturaleza de Dios porque se refiere a Cristo, el Padre, y el Espíritu. Observe también una verdad anteriormente mencionada, ellos eran sus testigos porque habían estado con él desde el principio.

    Los primeros versos del Antiguo Testamento necesariamente introducen a una pluralidad de personas que son la naturaleza de Dios. “En el principio, crió Dios (Elohim) los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1) La palabra hebrea Elohim es plural y eso no es sorprendente, porque ambos Dios y Cristo fueron involucrados en la creacíon. Pero también estaba involucrado el Espíritu Santo. El verso 2 del primer capítulo de Génesis dice, “Y el Espíritu de Dios se movía sobre la haz de las aguas.” En el verso 26, Jehová habla con términos plurales otra vez: “Hagamos al hombre á nuestra imagen.” La Biblia habla positivamente de tres Personas que tienen la esencia de la Deidad, y también proclama positivamente que Dios es Uno.

    A fines de su vida y ministerio, Jesús dió a sus apóstoles la comisión de ir a todo el mundo y hacer discípulos, “bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:19) En este pasaje Jesús habla de esta relación. La gente quienes oyen y aceptan al evangelio, cambian su relación con el mundo, o sea, su afiliación y conección con el mundo, por una unión y asociación con Dios, Cristo y el Espíritu Santo.

    Los Testigos de Jehová negarían todos estos pasajes, y otros que se refieren a Cristo y al Espíritu Santo como Deidad, porque alegan que Cristo fue un angel creado antes de venir a la tierra. “Como El (Cristo) es el más alto de la creación de Jehová, también fue el primero, una creación directa de Dios, el único engendrado” (Estudios en las Escrituras, Vol. V, página 84). Así pues, podemos observar de sus escrituras que la posición que toman es que Cristo es un ser creado, el primer ser creado por Dios, y él es, según ellos, un dios secundario e inferior. Les gusta usar Apocalipsis 3:14 como el texto que prueba su creencia. Juan le llamó a Cristo en ese verso, “el testigo verdadero y fiel, el principio de la creación de Dios.” Esta declaración, “el principio de la creación de Dios,” supuestamente fortalece su posición; pero examinemos el pasaje para ver si hay apoyo para su afirmación que Cristo es un ser creado. La palabra –principio (arche-) significa, “ser el jefe, el líder, el gobernador” (Marco 10:42; Romanos 15:12). Thayer aclara más la definición: “el origen de la creación, aquél por el cual todo es creado; la causa, el agente.” Esto es, sin duda, la verdad del asunto y corresponde a lo que los escritores inspirados del Nuevo Testamento dicen sobre el tema. “El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.” (Colosenses 1:15). La palabra para primogénito es prototokos y es definado por Thayer como: “del rango supremo que excela a los otros hijos.” Kittel, el erudito eminente alemán que escribió diez volúmenes del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, dice en su definición: “Primer rango.” También elabora: “Lo que significa es la supremacia única de Cristo sobre todas las criaturas como Mediador de su creación.” Amdt & Gingrich están de acuerdo con este comentario y definición del término: “de Cristo como el primogénito de la humanidad nueva . . .la nueva comunidad de los santos.”

    Estos pasajes que acabamos de leer no indican que Cristo fue creado por Dios, porque el verso 16 en el capítulo 1 de Colosenses dice: “Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El. Y El es antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen.” Esto es una declaración positiva que

    El existía antes de todas las cosas

    El creó todas las cosas

    En El todas las cosas permanecen

    Si Cristo fuera un ser creado, como lo dicen los Testigos de Jehová, ¿cómo podría:

    ser antes de todas las cosas

    crear todas las cosas?

    El lógico de esto sería que El crió a El mismo. Esta doctrina afirma que Cristo es inferior a Dios. Pero investiguemos un poco más. Pablo, al hablar de Cristo, menciona “su poder y deidad eterna” (Romanos 1:20). En Colosenses 1:19, el escritor dice, “Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud.” Más adelante en la misma carta Pablo afirma, “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El,” (Colosense 2:9). ¿Cómo puede uno tener más que la plenitud de la Deidad?

    Pero inspeccionaremos más su negación blasfemoso en este texto citado: “El gran Jehová es El Dios. El Hijo, el Logos, es Un Dios. El nombre dios se aplica a los poderosos, hasta a los ángeles y magistrados. El nombre dios entonces se aplica correctamente al Hijo porque El es un poderoso . . . Los nombres Jehová, Dios Todopoderoso, y Más Alto nunca se aplican a Jesús en las Escrituras, el Hijo de Dios . . . En realidad, cuando Jesús estaba en la tierra, El era un hombre perfecto, nada más y nada menos . . . Jesús no era Dios el Hijo” (ibid. páginas 106, 111, 113).

    Los Testigos de Jehová declaran que Jesús fue un dios creado. La Biblia dice que El siempre ha sido Dios porque se refiere a su “deidad eterna.” Los Testigos de Jehová afirman que las Escrituras nunca usan los nombres Dios Todopoderoso, o Dios Más Alto para referir a Jesús. Isaías dijo, “y se llamará su nombre Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” (9:6). Más temprano, Isaías dijo concerniente a Jesús, “. . . y le pondrá por nombre Emmanuel” (7:14). Mateo nos dice siglos después que esto significa “Dios con nosotros” (1:23).

    Observemos otros pasajes que declaran que Jesús es Dios – que El es Deidad en el sentido más completo de la palabra. “a los que han recibido una fe como la nuestra, mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo:” (2 Pedro 1:1). Este pasaje dice que Dios y nuestro Salvador Jesucristo son uno y la misma persona, o sea que Jesucristo es Dios. Leamos otro pasaje: “. . . aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús,” (Tito 2:13). Pablo aquí afirma que Jesucristo es nuestro Salvador y gran Dios. Estos dos pasajes ilustran el uso de la regla griega de la gramática. En el libro “Manual Gramática del Nuevo Testamento Griego” por Dana y Mantey, tenemos esta regla bajo el título “Usos Especiales del Artículo con Sustantivos Conectados por la palabra Kai: “La siguiente regla explicada por Grandville Sharp del siglo pasado todavía sigue siendo cierta: Cuando el copulativo kai (y) conecta a dos sustantivos del mismo caso, el artículo (el o la) y cualquiera de sus casos precede el primero de dichos sustantivos o participios, y no es repetida ante el segundo sustantivo o participio, sino que siempre se refiere a la misma persona expresada o descrita por el primer sustantivo o participio; es decir, denota una descripción adicional del sustantivo nombrado primero.” Esta es la construcción de los pasajes que acabamos de leer, y significa que los sustantivos Dios y Salvador Jesucristo, y el Gran Dios y nuestro Salvador Jesucristo se refieren a la misma persona. Y según Dana y Mantey esto siempre es el caso.

    La Bíblia habla de Jesús en paridad con Dios. “El cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse,” (Filipenses 2:6). Jesús mismo lo expresó en estos términos, “Yo y el Padre somos uno.” Muchos años después, el escritor de la carta a los Hebreos testificó concerniente a Jesús: “ . . . El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza,” (Hebreos 1:3). Les llamó la atención a esta fraseología importante. El término “expresión exacta de su naturaleza” viene de la palabra griega “charakter” el cual significa “una grabación o impresa, una expresión exacta; la cualidad, naturaleza, o tipo esencial.” El es la misma esencia que Dios. Pero al vaciarse, y hacer el trabajo y el servicio que vino a cumplir, el Padre era mayor. “ . . . el Padre es mayor que yo.” (Juan 14:28). Así pues, se puede decir que oficialmente el Padre Dios es mayor. Eso es comprobado en otras declaraciones: “Nosotros debemos hacer las obras del que me envió mientras es de día;” (Juan 9:4). “Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.” (Juan 4:34). “pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras.” (Mateo 26:39).

    SU DEIDAD ESTABLECIDA


    Al igual que los musulmanes y algunos otros, los Testigos de Jehová niegan la deidad de Jesús. Investiguemos el testimonio bíblico para poder evaluar y determinar la verdad de Dios en el tema.

    1. Los profetas. Por inspiración, los profetas supieron que Jesucristo era Dios. Hemos leído pasajes de Isaías, los cuales nos dicen que Jesús es Emmanuel, o Dios con nosotros. Isaías también le llamó a Jesús, Maravilloso, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Más adelante en el capítulo 54, verso 5, hace esta declaración: “Porque tu esposo es tu Hacedor, el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor es el Santo de Israel, que se llama Dios de toda la tierra.”

    2. Juan el Bautista. El anunciador de Cristo proclamó su deidad en muchas ocasiones. Observe esta declaración suya: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. . . . Y yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” (Juan 1:29-34)

    3. Jesús. El Señor Jesucristo proclamó su deidad en mucha ocasiones. “Si me hubierais conocido, también hubierais conocido a mi Padre; desde ahora le conocéis y le habéis visto.” (Juan 14:7). En el verso 30 del capítulo 10, declara: “Yo y el Padre somos uno.” Toma una posición muy firme cuando habla del tema de su deidad en este pasaje: “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.” Hay varios implicaciones en esta declaración de Jesús: Nació de la virgen María Hizo milagros Vivió una vida sin pecado Enseñó y vivió en el nivel más alto y más noble que haya existido en el mundo Murió por los pecados del mundo entero Fue resucitado de la muerte Está sentado en la diestra de Dios como Rey de reyes y Señor de señores Tiene el poder para salvar a todos los que vienen a Dios por El. “A menos que crean en mí,” nos dice, “morirán en sus pecados , y donde estoy yo no podrán venir.” Otra declaracion de su deidad se encuentra en una declaración muy repetida que empleaba las primeras y últimas letras del alfabeto griego, “Yo soy el Alpha y Omega” (Apocalipsis 1:8). Esto se refiere a su infinidad. El es el primero y el último. Para ponerlo en nuestro lenguaje y para nuestro entendimiento, está diciendo que es interminable y sin límites; no tiene comienzo ni fin. No hay manera de medirlo, porque es Dios.

    4. Los apóstoles. Los apóstoles, y muchos más escritores del Nuevo Testamento, afirman su deidad. Pablo declaró que Dios fue manifestado en la carne (1 Timoteo 3:16). Tomás le contestó, “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28). En los primeros versículos de su versión del evangelio, Juan expresó la infinidad y deidad de Jesús con estas palabras: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.” (Juan 1:1). Los Testigos de Jehová dicen que este pasaje apoya su teoría que Jesús es un dios y no el Dios. Su prueba supuesta es la última clausula del verso 1, “ y el Verbo era Dios.” En el griego, Dios no es adelantado por un artículo (el), y por eso, dicen que debe ser traducido, “ . . . y el Verbo era un Dios (dios).” Dana y Mantey discutan la regla de la gramática griega bajo el título La Ausencia del Artículo. “ Esto (sustantivo sin el artículo) pone énfasis sobre el aspecto cualitativo del sustantivo en vez de ponerlo en su identitad. Un pensamiento puede ser concebido de dos puntos de vista: como identificar o como cualificar. Para comunicar el primer punto de vista, el griego usa el artículo; para el segundo punto de vista, usa el sustantivo sin el artículo.” Por toda su discusión de esta regla, Dana y Mantey continuan a enfatizar el hecho de que el artículo con el sustantivo se usa para identificación. El sustantivo sin el artículo se usa para cualificación, naturaleza, y esencia. A. T. Robertson en su Gramática del Nuevo Testamento también dice que la fuerza cualitativa “es mejor expresado en sustantivos sin los artículos.” Los eruditos griegos nos dicen que, el sustantivo sin el artículo está expresando el caracter o esencia, como en Hebreos 1:1-3. Juan afirma en Juan 1:1 que la esencia del Verbo es Deidad. El sustantivo con el artículo es usado para identificación. “En el principio existía el verbo.” Esto lo identifica, nos dice no solamente quien es, sino que también estaba ahí desde el principio.

    En el verso 14, continua su afirmación, “Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” En 1 Juan 1:2, el apóstol le llama, “la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó;” Era la divinidad de Jesús a que Pablo se refirió cuando le dijo a Tito, “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús, quien se dio a sí mismo por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras.” (Tito 2:13, 14). Lo llama el gran Dios y además lo identificó como: Salvador El que se dio a sí mismo por nosotros El que nos redimió y purificó El que es nuestra esperanza bienaventurada y el que se manifestará Talvez Ud. pregunta, ¿Quién es el Gran Dios? Las cuatro cosas dichas de El en estos versos nos dicen quién es sin equivoco. Pedro le dice “nuestro Dios y Salvador Jesucristo,” y luego al proceder, habla de su poder divino y su naturaleza divina (2 Pedro 1:2, 4). Dios mismo declara la deidad de Cristo. “Pero del Hijo dice: TU TRONO, OH DIOS, ES POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, Y CETRO DE EQUIDAD ES EL CETRO DE TU REINO.” (Hebreos 1:8). La oración en Juan 17:5 se refiere a la gloria que Cristo tuvo con su Padre antes del principio del mundo. Entre las cosas atribuidas a Jesús en Hebreos 1, hay estas cosas encontradas en los versos 10-12: “También dice: Tú, Señor, en el principio fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permaneces. Todos ellos se envejecerán como una vestidura; como un vestido los envolverás,y serán mudados. Pero tú eres el mismo, y tus años no acabarán.”

    Esto es sólo una fracción de lo que afirma la Biblia acerca de la deidad de Cristo. Además de avanzar su deidad, lo comprueba. Ninguna enseñanza en la Bíblia es más fortificada y reenforzada como la divinidad de Jesús. Pedro dice al concilio del sanedrín, “ Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que lo obedecen.” (Hechos 5:32). Lo que sostiene a su deidad es su resurrección de la muerte. “que fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos.” (Romanos 1:4; 1 Pedro 1:3; 3:21) Pedro, verificando su deidad, les dijo a su audiencia en el día de Pentecostés: “Pero siendo profeta, (David) y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia en cuanto a la carne levantaría al Cristo para que se sentara en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades ni su carne vio corrupción.” (Hechos 2:30, 31). Hay tres verdades en este pasaje: El alma de Jesús estaba en el Hades por tres días, separado de su cuerpo. Hades es el estado de inconsciencia entre la muerte y la resurrección. Los Testigos de Jehová niegan que el hombre tiene un alma y afirman que cuando se muere deja de existir. Si esto es cierto, ¿Por qué no se quedó el alma de Jesús en Hades? Está sentado en su trono como Señor y Rey; Su carne no vio corrupción. ¿Qué prueba más fuerte hay por la deidad de Cristo?

    NEGACION DE SU ASCENSION

    La religión falsa niega su resurrección además de su deidad: “El cuerpo humano de nuestro Señor fue levantado supernaturalmente de la tumba; porque si se hubiera quedado allí, hubiera sido un obstáculo enorme para la fe de los apóstoles. No sabemos que se hizo el cuerpo, sólo sabemos que no vio corrupción. Si se disolvió en gases o si todavía está conservado en alguna parte como una gran conmemorativo del amor de Dios, o de la obediencia de Cristo, y de nuestra redención, nadie sabe; tampoco es necesario saber.” (Estudios en las Escrituras, Vol. 11, páginas 125-130).

    Estas ideas no tienen fundación o apoyo bíblico. Escuchen a uno de los escritores inspirados del Nuevo Testamento: “ Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a los discípulos junto al mar de Tiberias” (Juan 21:1).

    Temprano en su ministerio, Jesús les dijo a sus apóstoles: “Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.” Ellos no entendieron. El templo judío había durado cuarenta y seis años en construir, y los apóstoles se preguntaron como lo reconstruiría Jesús en tres días. “El hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.” (Juan 2:19-22). El problema con los Testigos de Jehová es que ellos “no creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado.” Aquí hay otra cosa que dicen sobre el tema: “Fue necesario, no solamente que se muriera el hombre Jesús, pero también necesario que el hombre Cristo Jesús nunca volviera a vivir, que se quedara muerto, nuestra redención por toda la eternidad.” (Estudios en las Escrituras, Vol. V, página 443). Sin la resurrección, no habría un evangelio (buenas nuevas). “sino también por nosotros, a quienes será contada: como los que creen en aquel que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor, el cual fue entregado por causa de nuestras transgresiones y resucitado por causa de nuestra justificación.” (Romanos 4:24, 25).

    Cuando Pablo escribió a la iglesia en Corinto, la muerte y resurrección era céntrico a todo lo que predicaba. “Cuando fui a vosotros, hermanos, proclamándoos el testimonio de Dios, no fui con superioridad de palabra o de sabiduría, pues nada me propuse saber entre vosotros, excepto a Jesucristo, y éste crucificado.” (1 Coríntios 2:1,2). “Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano. Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce; luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen; después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles, y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.” (1 Coríntios 15:1-8).

    Además de aparecerse a todos estos testigos, también hay los milagros hechos por los apóstoles por medio del Espíritu Santo que aun más apoyan y confirman lo que habían visto (Marco 16:20; Hebreos 2:24). En conjunto con los otros apóstoles, Tomás pudo documentar a la resurrección: “Luego dijo a Tomás: Acerca aquí tu dedo, y mira mis manos; extiende aquí tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.” (Juan 20:27). Es sorprendente que gente que se dice cristiana pudiera negar esto y en vez de esto declarar que “no sabemos que se hizo el cuerpo, si se disolvió en gases o si está conservado en alguna parte.” ¿Cómo puede gente que dice que cree en la Bíblia decir que Jesús murió y que está muerto para siempre? Pedro dijo, “y disteis muerte al Autor de la vida, al que Dios resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.” (Hechos 3:15).

    NEGACION DE LA NATURALEZA DUAL DE JESUS

    En la misma publicación, que según los Testigos de Jehová es mejor que la Bíblia, niegan que Jesús era ambos humano y divino. “Tampoco era Jesús una combinación de dos naturalezas, humana y espiritual . . . Cuando Jesús estaba en la carne, era un ser humano perfecto y desde su resurrección es un ser perfecto espiritual de la orden más alta y divina” (Estudios en las Escrituras, Vol. 1, página 179).

    Aunque ya he ofrecido pruebas bíblicas que refutan a esta posición, es bueno repasarlo de nuevo con otros pasajes adicionales que confirman la divinidad y humanidad de Cristo. Al leer el Nuevo Testamento, me quedo impresionado con las muchas veces que se usan las frases el Hijo de Hombre y el Hijo de Dios. El Hijo de Hombre expresa la naturaleza humana de Jesús, y el Hijo de Dios expresa su naturaleza divina. Nadie debe sorprenderse con esto, ni deben de encontrarlo dificil de aceptar. Jesús les dijo a sus discípulos repetidamente que vino de Dios y que volvería a Dios (Juan 8:14, 42 y 14:12). Juan declaró que Jesús era Dios, siempre ha sido Dios, y que vino en la carne y habitó entre nosotros (Juan 1:1-14). Pablo alega que Cristo Jesús tenía igualdad con Dios, pero que se vació y tomó la forma de un sirviente e imagen de un hombre (Filipenses 2:6-7). Pablo le dijo a Timoteo que Dios se había manifestado en la carne y que más tarde fue recibido en gloria (1 Timoteo 3:16). El escritor de la carta a los hebreos nos dice que Jesús fue tentado en la misma manera que nosotros pero sin pecar (Hebreos 4:15). Eso es algo muy humano. Cuando Jesús había ayunado por un largo periodo de tiempo, la escritura inspirada dice, “después sintió hambre.” ¿Verdad que eso indica que era humano? (Mateo 4:2). Después de viajar unos cuarenta y seis millas a pie, llegó al pueblo samaritano y se sentó en la posa. La Bíblia dice que se sintió cansado después de su jornada (Juan 4:4-6). La palabra que usa Juan para describir a Jesús significa exhausto o fatigado. Esto suena muy humano. Pero, por el otro lado, Cristo perdonó a los pecados (Mateo 9:2). “¿Quién puede perdonar a los pecados sino Dios solamente?” (Marco 2:7).

    Los profetas del Antiguo Testamento predijeron que Jesús sería el tabernáculo en la carne (Isaías 7:14 y Mateo 1:23). Fue engendrado por el Espíritu Santo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1:35). Mateo lo pone en estas palabras, “se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo.” (Mateo 1:18). En las cartas más cortas del apóstol Juan, hizo estas declaraciones muy claras sobre el tema: “y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; “ (1 Juan 4:3). Y otra vez, “Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo.” (2 Juan 1:7). El vivió como vivimos nosotros, con todos los sentimientos humanos, los deseos, y las tentaciones comunes a todos los hombres, pero sin pecar. Pero también era divino. El vino para que todos los hombres pudieran vivir y tener la vida más abundante (Juan 10:10). “Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre. . .” (Hebreos 7:25). Nadie sino Dios puede hacer esto.

    Para ser consistente con sus problemas con la Bíblia y lo que dice acerca de la naturaleza dual de Jesús, los Testigos de Jehová deben contradecir su expiación por los pecados de la raza humana.

    “Veremos más adelante cuando consideramos particularmente al aspecto de redención de Su trabajo, que era absolutamente necesario que fuera un hombre, nada más ni nada menos que un hombre perfecto” (Estudios en las Escrituras, Vol. V, página 95). Los Testigos de Jehová otra vez tienen dudas acerca de la deidad de Cristo. Es como si nunca habían leído el Nuevo Testamento. Pablo habla del poder y divinidad eterno de Jesús (Romanos 1:20): “Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.”

    La palabra divina de Dios atribuye la creación a Cristo, la Palabra (Colosenses 1:16-18). El pasaje en Romanos dice que estas cosas se pueden ver claramente por medio de lo creado. Juan declara, “Todas las cosas fueron hechas por medio de El, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3). Les llamo la atención al hecho de que Pablo en Romanos 1 habla de la deidad eterno de Jesús. Esta religión falsa que estamos estudiando argumenta que Jesús fue un ser creado, un dios secundario, y que cuando vino a la tierra, no era nada más que un hombre. También insiste que después de su resurrección ya no era un hombre sino un ser divino. Así pues, abandona a su divinidad, y más tarde la vuelve a tomar. ¿Cómo puede ser eterna su divinidad entonces?

    Continuando con este pensamiento, el apóstol insiste que Jesús es completamente Dios: “Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud,” (Colosenses 1:19). En su contradicción de lo que Pablo dice sin equivocación, los Testigos de Jehová dicen que era un hombre, nada más, nada menos. Pero examinemos más lo que dice Pablo: “Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El,” (Colosenses 2:9). Hay dos palabras aquí que debemos examinar con cuidado. Una es plenitud, (pleroma) la cual significa “lleno de, abundante, totalmente ocupado, completo, perfecto” (Harper’s Analytical Greek Lexicon). Pablo está diciendo que Jesús es perfectamente, completamente y totalmente Dios. Los Testigos de Jehová dicen que es un hombre, nada más. La otra palabra es deidad (theotetos) la cual significa “el verdadero Dios, divinidad, deidad, majestad divina” (ibid.). Hay tantos eventos en la vida de Jesús que iluminan su majestad divina. Uno, al final de su vida terrestre, fue cuando vino el multitud de soldados y oficiales al jardín para arrestarlo, y él les preguntó: “¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y El pondría a mi disposición ahora mismo más de doce legiones de ángeles?” (Mateo 26:53). Durante los tres y medio años de su ministerio, hizo muchos milagros: abrió los ojos de los ciegos, sanó los oídos de los sordos, las lenguas de los mudos, la piel de los leprosos, calmó a las tormentas, y resucitó a los muertos. Y aún así, la religión falsa dice: “era absolutamente necesario que El fuera un hombre, nada más y nada menos que un hombre perfecto.”

    A pesar de sus esfuerzos de menospreciar a la expiación hecha por Jesús, si abrimos a nuestros Nuevos Testamentos encontramos estos pasajes: “He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29). “Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los impíos. Porque a duras penas habrá alguien que muera por un justo, aunque tal vez alguno se atreva a morir por el bueno. Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de El. Porque si cuando éramos enemigos fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, habiendo sido reconciliados, seremos salvos por su vida.” (Romanos 5:6-10). “Por esta voluntad hemos sido santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.” (Hebreos 10:10). “El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” (1Juan 2:2).

    JESUS NO ERA DIVINO HASTA DESPUES DE SU RESURRECCION

    He aquí lo que dicen los Testigos de Jehová con respecto a este tema: “La naturaleza humana tuvo que ser consagrada a muerte antes de que Jesús pudiera recibir la promesa de la naturaleza divina. Y no hasta después que la consagración fue llevada a cabo y Jesús había sacrificado su naturaleza humana, aún hasta la muerte, pudo nuestro Señor ser participante en la naturaleza divina” (Estudios en las Escrituras, Vol. 1, página 179). Estas contradicciones no pueden ser entendidas. No tienen explicación, ni son justificadas. Por un lado niegan la resurrección de Cristo; por el otro lado declaran que no fue haste este evento, el cual llaman el sacrificio de su naturaleza humana por muerte, que él se hizo divino. Si no fue resucitado, ¿cómo explican que existió después de tal evento?

    “ Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también vuestra fe.” (1 Coríntios 15:12-14). Parece que los Testigos de Jehová están de acuerdo con la misma gente a quienes Pablo dirige estas palabras. Algunas personas en Corinto no aceptaban el hecho de la resurrección de Cristo. Los Testigos de Jehová se han contradicho cuando dicen que Jesús era un hombre nada más cuando estaba en la tierra, que no fue resucitado, pero luego afirman que ahora él es un ser espiritual. No hay manera de desenredar esta doctrina. El Nuevo Testamento está lleno de pruebas de la divinidad de Jesús mientras estaba en la carne. Su resurrección de la muerte es el corazón y alma del mensaje evangélico, y su ascención a Dios para tomar su trono y reinar hasta el día final es indiscutible. Daremos más atención a esto más tarde.

    Esta doctrina, falsa en todas sus detalles, avanza la teoría que Cristo ya no es la misma persona después de su resurrección. Escucha a esta declaración de los Testigos de Jehová: “Si nuestro Señor es todavía el hombre Jesucristo. . . entonces en vez de ser exaltado más alto que los ángeles y más alto que todos los nombres nombrados en el cielo y en la tierra, es todavía sólo un hombre.” Pero, ¿qué dice la Bíblia acerca de esto? “Y estando mirando fijamente al cielo mientras El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.” (Hechos 1:10-11).

    Esto es el mismo Jesús que habían conocido antes de su muerte y después de su resurrección. Es cierto que después de su ascensión, no lo miraban desde el punto de vista de la carne (2 Coríntios 5:16). Ya no lo consideraban como judío, pero eso no significa que no creían que era la misma persona. Seguramente fue dificil, aún para los apóstoles, no pensar en Jesús como judío. De hecho, les tomó bastante tiempo para aprender esta lección. El prejuicio racial es un obstáculo poderoso para la predicación y aceptación del evangelio. Pero judío o gentil, en la carne o no, el mismo Jesús que vieron ascender al cielo volverá en la misma manera. Años después, Pablo escribió a los cristianos efesios y proclamó, “El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo” (Efesios 4:10). El escritor de la carta a los hebreos presenta y comprueba la misma posición acerca de quien es Jesús: “pero El, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, SE SENTO A LA DIESTRA DE DIOS . . .” (Hebreos 10:12). ¿Quién se sentó en la diestra de Dios? Respuesta: El mismo Jesús que se ofreció como sacrificio por los pecados de todos los hombres para siempre.

    NEGACION DE SU PAPEL DE MEDIADOR

    “En nuestra edición de 1906, página 26, dijimos, ‘Nuestro señor Jesús, en Su propia persona, ha sido el Mediador, entre el Padre y la familia de la fe, durante la edad evangélica.’ Esta declaración es incorrecta. Ninguna escritura lo dice. Es una parte del humo de la edad oscura que ahora nos alegra limpiar de los ojos.” (Watch Tower, Septiembre 15, 1909, página 283). Esta declaración es lejos de la verdad. Es contraria a lo que dice la Bíblia y no es posible justificar esta mentira porque el lenguaje de la Bíblia sobre este tema es inconfundible.

    “Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,” (1 Timoteo 2:5). “Y por eso El es el mediador de un nuevo pacto, a fin de que habiendo tenido lugar una muerte para la redención de las transgresiones que se cometieron bajo el primer pacto, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna” (Hebreos 9:15). “Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. El mismo es la propiciación por nuestros pecados, y no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.” (1 Juan 2:1,2). La palabra abogado en este pasaje es “parakletos” y significa “uno que se para al lado de otro para suplicar su causa, un mediador.” Este verso dice que él es un mediador porque la palabra mediador (mesites) significa “uno que actua entre dos personas; uno que se interpone a reconciliar a dos personas opuestas.” Jesús es llamado repetidamente Sumo Sacerdote. En el Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote paraba entre el hombre y Dios para poner a las necesidades del hombre en frente de Dios (Hebreos 2:17; 3:1; 4:14; 5:10; 7:26; 9:11). EL ESPIRITU SANTO ES SOLAMENTE UNA FUERZA ACTIVA

    En esta manera los Testigos de Jehová presentan a su doctrina: “Tal lenguaje de Jesús (Lucas 24:49; Hechos 1:4,5) nos da a entender que el espíritu es un poder, y no una persona. Es la fuerza santa de Dios de la cual El es la fuente inagotable” (Esto Significa Vida Eterna, página 165). “Con respecto al Espíritu Santo, la supuesta tercera persona de la trinidad, ya hemos visto que no es una persona, sino la fuerza activa de Dios . . .El agua no es una persona y tampoco es el espíritu santo” (La Verdad Que Lleva a la Vida Eterna, página 24). “Jesús, mandando al espíritu santo y bautizando a los discípulos en él o derramándolo sobre ellos comprueba que es una fuerza activa pero no personal que es sujeto a Jesús. No es una persona de la trinidad iqual a Dios y Jesús” (Esto Significa Vida Eterna, página 166).

    Otra escritura de los Testigos de Jehová: “E igualmente consistente es la enseñanza de las Escrituras con respecto al ‘Espíritu Santo’ – que no es otro Dios, pero el espíritu, influencia, o poder ejercitado por un sólo Dios, nuestro Padre” (Estudios en las Escrituras, Vol. V, página 165).

    Examinemos cuidadosamente lo que la Bíblia dice sobre este tema: La Bíblia enseña que el Espíritu Santo es una persona. Como persona, posee consciencia de si mismo. “Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales.” (1 Coríntios 2:12,13). El pasaje dice:

    1) Hemos recibido el Espíritu de Dios
    2) El Espíritu enseñó las palabras que nosotros hablamos
    3) El Espíritu interpreta a las verdades espirituales


    Si alguien respeta a la palabra de Dios, nunca podría concluir de este pasaje que el Espíritu es “una fuerza activa, no personal”.

    El Espíritu subsiste en individualidad e identidad. “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” (Romanos 8:16). El Espíritu Santo nos dice por medio de las palabras de Dios lo que debemos hacer para hacernos cristianos. Cuando obedecemos con todo el corazón, el testimonio del Espíritu es que somos hijos de Dios. Si el Espíritu puede dar testimonio, entonces ¿es una fuerza activa pero no personal en vez de una persona?

    El Espíritu tiene el don de razonamiento intuitivo. “Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Coríntios 2:11). Esto no necesita explicación. De hecho, ningún pasaje de escritura sobre este tema lo necesita. Sólo hay que leerlo con el corazón abierto y sincero y analizar lo que nos está diciendo. Necesitamos escuchar a lo que ha dicho Dios en su Libro. Claramente, positivamente, e inteligentemente, Pablo nos está diciendo que el Espíritu entiende a los pensamientos de Dios. Los Testigos de Jehová repetidamente han afirmado que el Espíritu no es una persona sino la fuerza activa de Dios. Pero la Bíblia enseña que el Espíritu conoce a los pensamientos de Dios y eso significa que es una personalidad.

    El Espíritu posee una naturaleza racional. “Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra. Y esto ocurrió durante el reinado de Claudio.” (Hechos 11:28). Este pasaje dice que el Espíritu permitió que Agabo hiciera su predicción.

    El Espíritu posee una voluntad libre. “Tened cuidado de vosotros y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos para pastorear la iglesia de Dios, la cual El compró con su propia sangre” (Hechos 20:29).

    El Espíritu Santo tiene una personalidad, todas las cualidades que hacen que una persona sea una persona. No es una “cosa” glorificada, no sólo una “influencia”, ni una fuerza impersonal e indefinido. El Espíritu Santo no es un líquido que puede ser derramado como agua. Claro, hay metáforas en la Bíblia que se refieren al Espíritu Santo en la misma manera que hay metáforas que se refieren a Dios y Cristo. Jesús dijo, “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos;” (Juan 15:5). Esto es un tropo. “Porque el Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal." (1 Pedro 3:12). Esto es un tropo, porque Dios es un Espíritu y no tiene ojos y oídos como los de nosotros. “. . . derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano.” (Hechos 2:17). Eso también es un tropo. Los Testigos de Jehová usan algunos de los tropos (dibujos en palabras) de la Bíblia que describen al Espíritu Santo para formar sus argumentos, pero si tomamos a estos tropos literalmente, no tienen sentido. Usando las escrituras incorrectamente, es posible inventar cualquier teoría que deseamos. Jesús dijo, "Ciertamente les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.” (Juan 10:7). Hasta sería posible inventar una doctrina extraña usando esa escritura que es obviamente un tropo. Jesús es llamado “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). No sería sorprendente si los maestros falsos inventaran una doctrina que dice que el cuerpo de Jesús estaba cubierto de lana. Los Testigos de Jehová han concluído que el Espíritu Santo debe ser un líquido, o alguna influencia espiritual y no puede ser una persona por que han leído las palabras del profeta Joel, “Derramaré mi Espíritu sobre todo el género humano,” literalmente.

    Estos pasajes que hemos leído enseñan que el Espíritu Santo posee todos los atributos de un individuo: vida, pensamiento, voluntad, acción, caracter, e influencia.

    Aquí hay una lista de las cosas que hace el Espíritu Santo que prueban sin duda que él es una persona. Estos pasajes establecen la verdad:
    1. Da vida (Juan 6:63; Romanos 8:11; 2 Coríntios 3:6; 1 Pedro 3:18)
    2. Dió a los apóstoles la habilidad de hablar (Hechos 2:4)
    3. Da significado, demuestra (Hechos 11:28; Hebreos 9:8)
    4. Rehusa, prohibe (Hechos 16:7)
    5. Ayuda (Romanos 8:26)
    6. Intercede (Romanos 8:26)
    7. Revela (Efesios 3:5; 1 Coríntios 2:10)
    8. Busca (ibid.)
    9. Cambia a los hombres (2 Coríntios 3:18)
    10. Promete (Gálatas 3:14-18; Génesis 12:1-3; Gálatas 3:8,29)
    11. Fortalece (Efesios 3:16)
    12. Santifica (2 Tesalonicenses 2:13; Romanos 15:16)
    13. Invita (Apocalipsis 22:17)
    14. Sella (Efesios 1:13, 4:30)
    15. Escribe (2 Coríntios 3:3)
    16. Asigna obispos o ancianos (Hechos 20:28)
    17. Mueve a los hombres (2 Pedro 1:21)
    18. Habita en los cuerpos de los cristianos (1 Coríntios 6:19)
    19. Habita en el templo de Dios, la iglesia (1 Coríntios 3:16)


    El Espíritu Santo no es simplemente una fuerza activa o influencia como dicen los Testigos de Jehová porque:

    1. Tiene af ecto (Romanos 15:30)
    2. Tiene voluntad (1 Coríntios 12:11)
    3. Puede ser afligido (Efesios 4:30; Isaías 63:10)
    4. Puede ser resistido (Hechos 7:51)
    5. Le pueden mentir (Hechos 5:3)
    6. Puede ser blasfemado (Mateo 12:32)


    El trabajo del Espíritu Santo establece la verdad que él es una persona:

    1. La palabra de Dios es llamada el evangelio del Espíritu (1Tesalonicenses 1:5,6)
    2. El Espíritu salva (Tito 3:5)
    3. El Espíritu santifica (2 Tesalonicenses 2:13; Romanos 15:16)
    4. El Espíritu Santo tuvo una parte en la construcción de la iglesia (Efesios 2:22)
    5. El Espíritu reveló al Hijo de Dios (Lucas 2:26; Romanos 1:4)
    6. Habita en los cristianos (Romanos 8:9,10; Juan 14:17)
    7. Nacemos del Espíritu (Juan 3:5,8)
    8. El Espíritu es amor y manifiesta el amor (Romanos 15:30; Filipenses 2:1)
    9. El Espíritu es luz porque revela la luz del amor de Dios (Efesios 5:13)



      Fecha y hora actual: Vie 26 Abr 2024 - 4:44