Las iglesias de Cristo no son lo mismo que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días. Los Santos de los Ultimos Días, o sea, los mormones, trazan su linaje a las supuestas nuevas revelaciones dadas a José Smith en el estado de Nueva York en los Estados Unidos en el año 1830. Según la historia del mormonismo, cuando José Smith era joven de 15 años, leyó Santiago 1:5 y comenzó a orar por la sabiduría. Al orar, dijo que dos personajes se le aparecieron. Le informaron que no debió de juntarse con ninguna secta existente en su tiempo. Más tarde, dijo que el angel Moroni, el supuesto hijo de Mormón, se le apareció diciendo donde se pudo encontrar algunas planchas o tablas escondidas en el cerro Cumora cerca de su casa en Nueva York. Esas tablas supuestamente contenían la historia verdadera de los habitantes oriundos del Nuevo Mundo y de la plenitud del evangelio sempiterno. A base de estos escritos supuestamente traducidos infaliblemente por Smith y ahora llamado el Libro del Mormón, la iglesia mormona fue fundada el 6 de abril del año 1830. Hoy día aceptan dos libros más por ser inspirados, a saber, La Perla de Gran Precio y Doctrinas y Covenios. Dicen que aceptan también la bíblia «hasta el punto que sea traducida exactamente,» pero en la práctica no la aceptan cuando se contradice con sus propios escritos. Los sucesores de José Smith, como Brigham Young, y los otros llamados «apóstoles» o «profetas» o «presidentes» que vinieron después también reclaman tener las revelaciones contínuas. De hecho, ese reclamo de tener visiones y de recibir nuevas revelaciones en adición a la bíblia es el punto central del mormonismo.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días niega que la bíblia contenga el evangelio completo. Las iglesias de Cristo afirman que la bíblia sí contiene el evangelio completo y que por ende que no hay que esperar por más revelaciones. Hebreos 1:1-2 declara: «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.» No nos habla por José Smith sino por Cristo. ¿Cómo nos habla Cristo hoy día? A través de los escritos apostólicos. Cristo les dijo a sus apóstoles en Juan 14:26: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» Agregó para sus apóstoles en Juan 16:13: «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.»
Para ser apóstol, uno tuvo que llenar ciertas cualificaciones las cuales son imposibles de llenar hoy día. Primero, tuvo que haber sido testigo ocular del ministerio de Cristo y de su resurrección (Juan 15:16,27; Hechos 1:8, 22; 2:32; 3:15; 4:20, 33; 5:32: 10:39; 1 Juan 1:1-4). Como los testigos oculares del cristo vivo, es imposible que tuviesen sucesores. Los mormones no pueden tener apóstoles por esta razón. Segundo, los apóstoles fueron llamados y escogidos por Cristo personalemente (Lucas 6:13, Hechos 1:2; Gálatas 1:1). Tercero, los apóstoles habían recibido sus primeras enseñanzas directamente de Jesucristo, y más tarde recibieron toda la verdad mediante el Espíritu Santo (Juan 16:13). Cuarto, los apóstoles hicieron una variedad de milagros para comprobar su apostolicidad, así confirmando sus enseñanzas (Hebos 2:2-4; Hechos 5:19). Los supuestos «apóstoles» mormones no pueden obrar milagros hoy día. Por eso, sus reclamos carecen de evidencia. Cuando murió el último apóstol o profeta en el primer o segundo siglo temprano, las revelaciones cesaron. El evangelio fue completo. Por tanto, Judas 3 nos exhorta contender «por la fe que ha sido una vez dada a los santos.» 2 Pedro 2:3 afirma que «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.» Sin embargo, los mormones dicen que todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad no habían sido dadas hasta la llegada del norteamericano José Smith en el siglo 19. Creo que Pedro tuvo razón en vez de José Smith. 2 Timoteo 3:16,17 dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» Los mormones niegan que los antiguo y nuevo testamentos sean perfectos (es decir completos) o que nos puedan preparar enteramente para toda buena obra. Piensan que necesitamos más.
Repito, el error fundamental de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días es su concepto de las revelaciones en los últimos días, es decir, en los tiempos modernos. Al mismo tiempo, me da pena decir que eso es el mismo error en que cayen muchos creyentes en las iglesias evangélicas hoy día, tanto como cayen los católicos romanos que creen en la infalibilidad del papa para interpretar la bíblia y para desarrollar nuevas tradiciones para la iglesia. A diferencia de todo eso, las iglesias de Cristo saben que se puede restaurar la doctrina y la práctica de la iglesia primitiva basada en la revelación completa encontrada en el Nuevo Testamento. Pero, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días aservera que la iglesia es restaurada por las nuevas revelaciones. Con todo, esto no es de restaurar lo original sino de inventar algo nuevo.
El Libro del Mormón carece de las mismas clases de evidencias como tenemos para confirmar la exactitud de la bíblia. Los mormones comunmente exhortan que su inspiración sea aceptada por una fe ciega sin prueba. Pero, por medio de este concepto de «la fe» se puede «comprobar» cualesquier otros libros inspirados, tales como el Quran o los escritos de los Bah'ais, etc. Es interesante notar que el prestigioso Instituto Smithsoniano en Washington publica una carta oficial en la cual niega que las afirmaciones históricas estén de acuerdo con los mejores hallazgos arqueológicos en las tres américas. El libro del Mormón contiene muchas contradicciones doctrinales y varios errores históricos. Por eso, no es la palabra de Dios.
¿Es cierto que se le apareció un ángel a José Smith en el siglo diecinueve? Pablo escribió en Gálatas 1:8: «Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.» Si de veras se le apareció ese ángel Moroni, ya que le enseñó otro evangelio entonces ese ángel es anatema, y así son los que le creen, porque es cierto que el mormonismo es muy diferente que el evangelio, con su politeísmo, su moralidad inferior, su falta de entendimiento de la propiciación de Cristo, y muchas otras errores así. Las iglesias de Cristo no somos La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días.
Se advierte y se manda en 1 Juan 4:1: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.» En el contexto, el término «los espíritus» se refiere a las enseñanzas. Por eso, estamos mandados a probar las enseñanzas para ver sin son de Dios. Al mismo tiempo, tenemos el deber de «presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en» nosotros (1 Pedro 3:15). Es un hecho historicamente comprobado que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, o sea la iglesia mormona, reclama ser la verdadera y la única iglesia aprobada por Dios. Sus escritos declaran que ninguna otra es de Dios. Sus reclamos son exclusivos. Además, los mormones nos retan a nosotros a defender nuestras creencias ante ellos. Es necesario destacar aquí que nuestra analisis del mormonismo no se trata de las personalidades de ninguno viviendo hoy día. Tampoco es cuestión de la sinceridad o la inteligencia de los mormones. Nuestro estudio tiene que ver con las ideas. Hay que considerar y evaluar las ideas en la luz de las Escrituras. Creemos sinceramente que, a pesar de su honestidad y su buenas intenciones, los mormones hoy día están engañados por una religión indígena norteamericana que carece de la verdad bíblica. Es una secta creciente, adinerada y muy poderosa de la actualidad. Siendo norteamericano, yo siento personalmente el deber de refutar públicamente las enseñanzas equivocadas de esta secta norteamericana por el mucho daño que ha causado en américa latina y europa. Si el error ha salido de aquí, entonces es nada sino correcto de permitir que la verdad salga de aquí asimismo. Después del himno, volveremos a estudiar la doctrina de Dios mormona:
Al principio del movimiento mormono en los estados unidos en el siglo pasado, su fundador, José Smith, enseñó el monoteísmo, o sea, la doctrina de un Dios. Pero, muy pronto después, Smith cambió de parecer y comenzó a enseñar el politeísmo, o sea, la doctrina de muchos dioses. Ambos Smith y su sucesor, Brigham Young, enseñaron que tres dioses distintos, llamados Elohim, Jehová, y Miguel, se colaboraron en la organización y población de la tierra. Claro que bíblicamente Elohim y Jehová son nombres que se refieren al mismo y único Dios, y Miguel es nombre del arcángel (Judas 9). Es un hecho histórico que Smith revisó sus puntos de vista respecto a Dios entre la publicación del libro del Mormon y otra escritura mormona llamada el libro de Abrahám en la Perla de Gran Precio. El libro del Mormón, por ejemplo en 1 Nefi 31:21 y Alma 11:26-29 enseña el monoteísmo, que hay un Dios. Pero, más tarde, en Abraham 4:1, Smith enseñó que habían varios dioses que hicieron el mundo. Por tanto, existen discrepancias hasta contradicciones en sus propias escrituras. En la bíblia, se enseña que Dios no miente (Tito 1:2). Por eso, es difícil creer que las escrituras mormonas sean inspiradas. No obstante, el propósito aquí es solamente fijarnos en el politeísmo de los mormones. Pese a lo que enseña su libro más temprano, los mormones creen en la existencia de muchos, pero, muchos dioses hoy día. Brigham Young dijo «¿Cuántos dioses hay? Yo no sé» (en su Revista de Discursos, Volumen 7, página 333.)
No obstante, la bíblia enseña claramente que hay un Dios. Pablo escribe en 1 Timoteo 2:5: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.» Marcos 12:29 dice: «Jesús le respondió: El primer mandamiento de todo es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.» Efesios 4:6 declara que hay «un Dios.» 1 Timoteo 6:16 le describe como «el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.» Es cierto que hay solo un Dios. Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sí, existen tres miembros de la deidad, pero solo una deidad. En cambio, el mormonismo enseña la existencia de una multitúd de distintos dioses; enseña el politeísmo.
En segundo lugar, el mormonismo enseña que Dios es físico igual que Ud. y yo. Sus propias escrituras lo declaran. En Doctrinas y Covenios, 130:22, se dice: «El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos tan tangible como el del hombre; el Hijo también; pero el Espíritu Santo no tiene cuerpo de carne y huesos, sino es personaje espiritual.» Sin embargo, la bíblia enseña que Dios es espíritu (Juan 4:24), y Lucas 24:39 enseña que un espíritu no tiene carne ni huesos. Por eso, Dios no tiene carne ni huesos.
La doctrina mormona respecto al cuerpo físico de Dios es absurda. Jeremías 23:24 dice: «...¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?» Dios es omnipresente. Esto sería imposible si es físico.
En tercer lugar, el mormonismo enseña que Dios es progresivo, es decir, que cambia. Por ejemplo, un apóstol mormono, Orson Hyde, dijo: «Recuerde, que Dios, nuestro Padre celestial, quizás fuese una vez un niño y mortal como nosotros, y se avanzó paso por paso en la escala del progreso, en la escuela del avance; se ha adelantado y ha sobrepasado, hasta que ha llegado al punto donde ahora está» (en Revista de Discuros, volumen 1, página 123). Esto implica que no es perfecto. Porque si cambia, entonces una vez fue inferior. Pero, Malaquías 3:6 dice: «Porque yo Jehová no cambio...» y el Salmo 102:27 dice: «Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.» Bíblicamente, Dios es inmutable porque ya es perfecto y siempre ha sido perfecto. La doctrina mormona del Dios mutable es antibíblica tanto como no-filosófica.
En cuarto lugar, el mormonismo enseña que Dios es un hombre avanzado. Un presidente pasado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, Lorenzo Snow, dijo: «Como el hombre es, Dios una vez fue así; como Dios es, el hombre podrá hacerse así.» El mormonismo enseña que Dios fue una vez un hombre igual que nosotros. Enseña que nosotros algún día podremos hacernos dioses igual que él. En efecto, ¡el mormonismo enseña que Adán el primer hombre fue en realidad Dios mismo! Brigham Young, el sucesor del fundador José Smith, enseñó que Adán «fue nuestro Padre y nuestro Dios, y el único Dios con quien tenemos que dar cuenta» (en la Revista de Discursos, volumen 1, página 50). Agregó Young que Eva fue una de las esposas de Dios que trajo con él, porque creen que Dios está casado con muchas mujeres y que tiene las relaciones sexuales. De hecho, alegan que Dios el Padre con cuerpo físico vino a María y tuvo relaciones sexuales con ella para engendrar a Jesucristo. Yo sé que esas doctrinas son la blasfemia, pero son las enseñanzas de los mormones. La bíblia enseña que Adán fue creado por Dios (Genesis 1:26). Enseña que en el cielo, no se casan ni se dan en casamiento (Mateo 22:30). Enseña que el poder milagroso del Espíritu Santo vino sobre la virgen María. Los mormones niegan el parto virginal. Su doctrina de Dios es defectuosa. Refleja las concupisencias paganas de sus fundadores en vez de la enseñanza bíblica. Dios no es hombre, ni hijo de hombre (Números 23:19). El mormonismo contradice la bíblia en este punto. Por eso, está equivocado. Juan 17:3 dice: «Y esta es al vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» No tenemos la malevolencia para con los mormonones. De hecho, ¡los amamos! Es por eso que les advertimos de la ira venidera para todo que no cree en la enseñanza correcta acerca de Dios.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días niega que la bíblia contenga el evangelio completo. Las iglesias de Cristo afirman que la bíblia sí contiene el evangelio completo y que por ende que no hay que esperar por más revelaciones. Hebreos 1:1-2 declara: «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.» No nos habla por José Smith sino por Cristo. ¿Cómo nos habla Cristo hoy día? A través de los escritos apostólicos. Cristo les dijo a sus apóstoles en Juan 14:26: «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» Agregó para sus apóstoles en Juan 16:13: «Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.»
Para ser apóstol, uno tuvo que llenar ciertas cualificaciones las cuales son imposibles de llenar hoy día. Primero, tuvo que haber sido testigo ocular del ministerio de Cristo y de su resurrección (Juan 15:16,27; Hechos 1:8, 22; 2:32; 3:15; 4:20, 33; 5:32: 10:39; 1 Juan 1:1-4). Como los testigos oculares del cristo vivo, es imposible que tuviesen sucesores. Los mormones no pueden tener apóstoles por esta razón. Segundo, los apóstoles fueron llamados y escogidos por Cristo personalemente (Lucas 6:13, Hechos 1:2; Gálatas 1:1). Tercero, los apóstoles habían recibido sus primeras enseñanzas directamente de Jesucristo, y más tarde recibieron toda la verdad mediante el Espíritu Santo (Juan 16:13). Cuarto, los apóstoles hicieron una variedad de milagros para comprobar su apostolicidad, así confirmando sus enseñanzas (Hebos 2:2-4; Hechos 5:19). Los supuestos «apóstoles» mormones no pueden obrar milagros hoy día. Por eso, sus reclamos carecen de evidencia. Cuando murió el último apóstol o profeta en el primer o segundo siglo temprano, las revelaciones cesaron. El evangelio fue completo. Por tanto, Judas 3 nos exhorta contender «por la fe que ha sido una vez dada a los santos.» 2 Pedro 2:3 afirma que «todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.» Sin embargo, los mormones dicen que todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad no habían sido dadas hasta la llegada del norteamericano José Smith en el siglo 19. Creo que Pedro tuvo razón en vez de José Smith. 2 Timoteo 3:16,17 dice: «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.» Los mormones niegan que los antiguo y nuevo testamentos sean perfectos (es decir completos) o que nos puedan preparar enteramente para toda buena obra. Piensan que necesitamos más.
Repito, el error fundamental de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días es su concepto de las revelaciones en los últimos días, es decir, en los tiempos modernos. Al mismo tiempo, me da pena decir que eso es el mismo error en que cayen muchos creyentes en las iglesias evangélicas hoy día, tanto como cayen los católicos romanos que creen en la infalibilidad del papa para interpretar la bíblia y para desarrollar nuevas tradiciones para la iglesia. A diferencia de todo eso, las iglesias de Cristo saben que se puede restaurar la doctrina y la práctica de la iglesia primitiva basada en la revelación completa encontrada en el Nuevo Testamento. Pero, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días aservera que la iglesia es restaurada por las nuevas revelaciones. Con todo, esto no es de restaurar lo original sino de inventar algo nuevo.
El Libro del Mormón carece de las mismas clases de evidencias como tenemos para confirmar la exactitud de la bíblia. Los mormones comunmente exhortan que su inspiración sea aceptada por una fe ciega sin prueba. Pero, por medio de este concepto de «la fe» se puede «comprobar» cualesquier otros libros inspirados, tales como el Quran o los escritos de los Bah'ais, etc. Es interesante notar que el prestigioso Instituto Smithsoniano en Washington publica una carta oficial en la cual niega que las afirmaciones históricas estén de acuerdo con los mejores hallazgos arqueológicos en las tres américas. El libro del Mormón contiene muchas contradicciones doctrinales y varios errores históricos. Por eso, no es la palabra de Dios.
¿Es cierto que se le apareció un ángel a José Smith en el siglo diecinueve? Pablo escribió en Gálatas 1:8: «Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.» Si de veras se le apareció ese ángel Moroni, ya que le enseñó otro evangelio entonces ese ángel es anatema, y así son los que le creen, porque es cierto que el mormonismo es muy diferente que el evangelio, con su politeísmo, su moralidad inferior, su falta de entendimiento de la propiciación de Cristo, y muchas otras errores así. Las iglesias de Cristo no somos La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días.
Se advierte y se manda en 1 Juan 4:1: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.» En el contexto, el término «los espíritus» se refiere a las enseñanzas. Por eso, estamos mandados a probar las enseñanzas para ver sin son de Dios. Al mismo tiempo, tenemos el deber de «presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en» nosotros (1 Pedro 3:15). Es un hecho historicamente comprobado que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, o sea la iglesia mormona, reclama ser la verdadera y la única iglesia aprobada por Dios. Sus escritos declaran que ninguna otra es de Dios. Sus reclamos son exclusivos. Además, los mormones nos retan a nosotros a defender nuestras creencias ante ellos. Es necesario destacar aquí que nuestra analisis del mormonismo no se trata de las personalidades de ninguno viviendo hoy día. Tampoco es cuestión de la sinceridad o la inteligencia de los mormones. Nuestro estudio tiene que ver con las ideas. Hay que considerar y evaluar las ideas en la luz de las Escrituras. Creemos sinceramente que, a pesar de su honestidad y su buenas intenciones, los mormones hoy día están engañados por una religión indígena norteamericana que carece de la verdad bíblica. Es una secta creciente, adinerada y muy poderosa de la actualidad. Siendo norteamericano, yo siento personalmente el deber de refutar públicamente las enseñanzas equivocadas de esta secta norteamericana por el mucho daño que ha causado en américa latina y europa. Si el error ha salido de aquí, entonces es nada sino correcto de permitir que la verdad salga de aquí asimismo. Después del himno, volveremos a estudiar la doctrina de Dios mormona:
Al principio del movimiento mormono en los estados unidos en el siglo pasado, su fundador, José Smith, enseñó el monoteísmo, o sea, la doctrina de un Dios. Pero, muy pronto después, Smith cambió de parecer y comenzó a enseñar el politeísmo, o sea, la doctrina de muchos dioses. Ambos Smith y su sucesor, Brigham Young, enseñaron que tres dioses distintos, llamados Elohim, Jehová, y Miguel, se colaboraron en la organización y población de la tierra. Claro que bíblicamente Elohim y Jehová son nombres que se refieren al mismo y único Dios, y Miguel es nombre del arcángel (Judas 9). Es un hecho histórico que Smith revisó sus puntos de vista respecto a Dios entre la publicación del libro del Mormon y otra escritura mormona llamada el libro de Abrahám en la Perla de Gran Precio. El libro del Mormón, por ejemplo en 1 Nefi 31:21 y Alma 11:26-29 enseña el monoteísmo, que hay un Dios. Pero, más tarde, en Abraham 4:1, Smith enseñó que habían varios dioses que hicieron el mundo. Por tanto, existen discrepancias hasta contradicciones en sus propias escrituras. En la bíblia, se enseña que Dios no miente (Tito 1:2). Por eso, es difícil creer que las escrituras mormonas sean inspiradas. No obstante, el propósito aquí es solamente fijarnos en el politeísmo de los mormones. Pese a lo que enseña su libro más temprano, los mormones creen en la existencia de muchos, pero, muchos dioses hoy día. Brigham Young dijo «¿Cuántos dioses hay? Yo no sé» (en su Revista de Discursos, Volumen 7, página 333.)
No obstante, la bíblia enseña claramente que hay un Dios. Pablo escribe en 1 Timoteo 2:5: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.» Marcos 12:29 dice: «Jesús le respondió: El primer mandamiento de todo es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.» Efesios 4:6 declara que hay «un Dios.» 1 Timoteo 6:16 le describe como «el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.» Es cierto que hay solo un Dios. Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Sí, existen tres miembros de la deidad, pero solo una deidad. En cambio, el mormonismo enseña la existencia de una multitúd de distintos dioses; enseña el politeísmo.
En segundo lugar, el mormonismo enseña que Dios es físico igual que Ud. y yo. Sus propias escrituras lo declaran. En Doctrinas y Covenios, 130:22, se dice: «El Padre tiene un cuerpo de carne y huesos tan tangible como el del hombre; el Hijo también; pero el Espíritu Santo no tiene cuerpo de carne y huesos, sino es personaje espiritual.» Sin embargo, la bíblia enseña que Dios es espíritu (Juan 4:24), y Lucas 24:39 enseña que un espíritu no tiene carne ni huesos. Por eso, Dios no tiene carne ni huesos.
La doctrina mormona respecto al cuerpo físico de Dios es absurda. Jeremías 23:24 dice: «...¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?» Dios es omnipresente. Esto sería imposible si es físico.
En tercer lugar, el mormonismo enseña que Dios es progresivo, es decir, que cambia. Por ejemplo, un apóstol mormono, Orson Hyde, dijo: «Recuerde, que Dios, nuestro Padre celestial, quizás fuese una vez un niño y mortal como nosotros, y se avanzó paso por paso en la escala del progreso, en la escuela del avance; se ha adelantado y ha sobrepasado, hasta que ha llegado al punto donde ahora está» (en Revista de Discuros, volumen 1, página 123). Esto implica que no es perfecto. Porque si cambia, entonces una vez fue inferior. Pero, Malaquías 3:6 dice: «Porque yo Jehová no cambio...» y el Salmo 102:27 dice: «Pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán.» Bíblicamente, Dios es inmutable porque ya es perfecto y siempre ha sido perfecto. La doctrina mormona del Dios mutable es antibíblica tanto como no-filosófica.
En cuarto lugar, el mormonismo enseña que Dios es un hombre avanzado. Un presidente pasado de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, Lorenzo Snow, dijo: «Como el hombre es, Dios una vez fue así; como Dios es, el hombre podrá hacerse así.» El mormonismo enseña que Dios fue una vez un hombre igual que nosotros. Enseña que nosotros algún día podremos hacernos dioses igual que él. En efecto, ¡el mormonismo enseña que Adán el primer hombre fue en realidad Dios mismo! Brigham Young, el sucesor del fundador José Smith, enseñó que Adán «fue nuestro Padre y nuestro Dios, y el único Dios con quien tenemos que dar cuenta» (en la Revista de Discursos, volumen 1, página 50). Agregó Young que Eva fue una de las esposas de Dios que trajo con él, porque creen que Dios está casado con muchas mujeres y que tiene las relaciones sexuales. De hecho, alegan que Dios el Padre con cuerpo físico vino a María y tuvo relaciones sexuales con ella para engendrar a Jesucristo. Yo sé que esas doctrinas son la blasfemia, pero son las enseñanzas de los mormones. La bíblia enseña que Adán fue creado por Dios (Genesis 1:26). Enseña que en el cielo, no se casan ni se dan en casamiento (Mateo 22:30). Enseña que el poder milagroso del Espíritu Santo vino sobre la virgen María. Los mormones niegan el parto virginal. Su doctrina de Dios es defectuosa. Refleja las concupisencias paganas de sus fundadores en vez de la enseñanza bíblica. Dios no es hombre, ni hijo de hombre (Números 23:19). El mormonismo contradice la bíblia en este punto. Por eso, está equivocado. Juan 17:3 dice: «Y esta es al vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.» No tenemos la malevolencia para con los mormonones. De hecho, ¡los amamos! Es por eso que les advertimos de la ira venidera para todo que no cree en la enseñanza correcta acerca de Dios.
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